04/06/2024
 Actualizado a 04/06/2024
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Dicen que los emperadores romanos, para tener entretenida a la gente y que no les causara problemas, lo conseguían a base de darles ‘pan y circo’. Pensamos que esto es totalmente válido para nuestros días. España tiene numerosos problemas que no deberían dejar indiferentes a los españoles, pero parece que de momento están todos muy tranquilos. A cambio del circo, tenemos el fútbol. La última muestra ha sido el gran interés despertado por el triunfo europeo del Real Madrid. Seguro que a una gran mayoría le ha merecido más atención la Champions que lo que pueda suponer la gran competición de las elecciones europeas.

Por estos días se han celebrado en España algunos conciertos multitudinarios, con Taylor Swift y Green Day en Madrid y ACDC en Sevilla. En principio no es extraño que a jóvenes o mayores les guste la música, pero de ahí vivirlo como si fuera una religión, convirtiendo en dioses a unos pobres hombres, aunque manejen millones de dólares, hay un abismo. Algo grave ocurre en nuestra sociedad, adormilada o drogada, incapaz de hacer frente a los verdaderos problemas. Concretamente muchos son incapaces de reaccionar ante una situación tan deprimente como que España lidere a nivel europeo el liderazgo de paro juvenil. Por no hablar de la caótica ley de educación. 

Los romanos ofrecían pan y circo. En España se ofrece ante todo el circo, incluso en el Congreso de los Diputados. A algunos también se les ofrece pan o más bien se les compra a cambio de votos, no tanto ofreciéndoles un trabajo digno cuanto con unas migajas para vivir sin dar golpe o con suculentos sueldos por llevar España a la ruina. No nos faltan razones para criticar a muchos de nuestros gobernantes, pero sería injusto echarles a ellos solos todas las culpas, puesto que el verdadero culpable es el pueblo que se deja engañar y los elige. 

No obstante, en la actualidad nos encontramos con que hay más circo que pan, porque son muchos los que se las ven y se las desean para poder sobrevivir. Parece mentira, pero Franco siempre se preocupó por que todo el mundo tuviera acceso a una vivienda y era factible tener donde vivir, con compra o de alquiler. Hoy muchos no pueden permitirse ni siquiera el lujo de encontrar o pagar una habitación en un piso compartido. Poco importa que traten de consolarnos con que las cifras macroeconómicas vayan muy bien, si es que van. La realidad es totalmente distinta. Algo, mucho, tienen que cambiar las cosas. Respetemos que tenga circo el que le guste, pero que no se deje engañar.

 

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