14/03/2024
 Actualizado a 14/03/2024
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Cuando era un pipiolo escuché que España era el estado número cincuenta y uno de los Estados Unidos de América. Era una exageración, ¡claro!, porque en el mismo caso (aunque multiplicado por mil), estaban Italia, Alemania o el Reino Unido de la Gran Bretaña... El caso es que la España franquista entró en Europa gracias a los yanquis y a sus bases militares; se nos perdonaron todos los pecadillos fascistas porque nos convertimos en la última línea en la defensa de occidente. No; hoy no quiero hablar de política o de geopolítica, que es muy aburrido. Hoy quiero habla del lenguaje que utilizamos los españoles en el día a día. Los ingleses pintan poco o nada en el embrollo global. Les han sustituido los yanquis, dueños y señores de nuestras vidas y nuestras cuitas cotidianas. Lo malo es que ellos hablan inglés, de aquella manera, sí, pero hablan inglés, con lo que nos han conquistado también en el idioma. Estoy hasta los cojones de escuchar coletillas como «on fire», que es una blasfemia, y que José Luis Prada lo tradujo hace muchísimos años con el mucho más racial «a tope». O el muy manoseado «flo»», que en cristiano es algo tan sencillo como «ritmo». Podíamos seguir hasta cansarnos con los ejemplos: desde el «blog» de los cojones, que es, al fin y al cabo, un cuaderno, hasta «hobby», que es un entretenimiento, pasando por «on-line», «fashion», «bacon», «influencer», «library» o «coach» hasta llegar a «casting», «sandwich» o «brunch», que es lo que aquí hemos llamado desde siempre a un almuerzo...

Lo malo no es que seamos nosotros los colonizados; es que todos los países del mundo sufren esta nueva forma de colonialismo. Hollywood tiene mucha más influencia en nuestras vidas de lo que tuvieron la ‘Academia’ de Platón o el ‘Liceo’ de Aristóteles a lo largo de la historia, lo que nos da un referente de lo que somos y de lo que seremos: una puta mierda.

Pero hay muchas más situaciones del todo flagrantes: el Reino Unido ya no pertenece a la Unión Europea, por lo que el inglés en ella debería estar prohibido o al menos poco utilizado, puesto que sólo lo hablan cinco millones y pico de irlandeses. Úrsula o el Pepe Borrel no tendrían que hablar en el idioma de Shakespeare. Pues no: hablan inglés cuando tienen que hacer alguna declaración institucional: el colmo del absurdo.

En el mundo, el inglés es hablado, como idioma nativo, por menos de quinientos millones de personas. El chino mandarín por mil doscientos millones; el hindi por seiscientos y el español por cerca de quinientos. Se puede afirmar, y es cierto, que han aprendido a hablan como Oscar Wilde otros novecientos millones más y que es la lengua más influyente del mundo, pero esto no quita que para nuestra desgracia se estén olvidando al resto que no son nada despreciables: falan francés trescientos y pico millones de seres y portugués otros tantos.

Pero no, sólo existe el inglés, que todo lo invade y lo todo lo destruye. Lo peor de todo es que en los lugares donde se tendría que preservar nuestro idioma hacen todo lo posible por destrozarlo utilizando todos los anglicismos que he puesto al principio del artículo: todas las televisiones y las redes sociales, ese cáncer, los usan de manera obscena.

Hablando de redes sociales...; el entrenador del Mallorca (Javier Aguirre), ese equipo que puede impedir que la gabarra vuelva a surcar las aguas del Nervión, es un puto genio. Os recomiendo escuchar sus ruedas de prensa: no tienen desperdicio ninguno. En una de las últimas, afirmó que en sus redes sociales (el bar de debajo de su casa, la panadería y la tintorería), la gente está entusiasmada por haber accedido a la final de la Copa del Rey. En su tintorería de cabecera, hasta tuvo que hacerse una autofoto con una señora mucho más joven que él y que, encima, estaba más rica que el mejor queso manchego o zamorano... Sus redes sociales, las de Aguirre, son sin duda las que uno desearía tener actualizadas a cada momento. No creáis, a veces hasta lo logro. En el bar de mi pueblo están organizando una colecta para cuando vaya a Villahierro a cuento de la denuncia de la Presidenta de Devesa. Uno lo agradece, ¡claro que sí!, porque significa que, a pesar de todos los pesares, a uno se le aprecia. Ya les he dicho que deben de ser generosos, porque en el talego todo se echa en falta y, además, cada día quedan menos funcionarios fetén que le harían a un servidor mucho más agradable la estancia.

Os ruego, os suplico, os imploro a que utilicéis las versiones españolas en vez de las gringas. Así, por lo menos, un servidor no se pondría de los cohetes y menguarían el número de pastillas que tendría que ingerir para que mi puta cabeza funcionase como es debido... Salud y anarquía.

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