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Comienza la evaluación

10/09/2023
 Actualizado a 10/09/2023
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Allá, por marzo de 2022, Javier Santiago Vélez, alcalde de Almanza y, desde hace unas fechas, a la vez diputado provincial, señalaba en una amplia entrevista concedida a este periódico, que «León no estaría así si hubiésemos tenido buenos políticos las últimas dos décadas». El (duro) señalamiento llevaba implícito la desaprobación general en cuanto a la gestión de los que, desde diversas responsabilidades, habían ejercido hasta la fecha encomiendas públicas, sin llegar a ‘cubrir gastos’ y mucho menos objetivos. Año y medio después, en este mes de septiembre, comienza eso que se ha dado en llamar nuevo curso político, luego de unas elecciones mayeadas, contestadas y reconvertidas en un zoco tunecino, por mor de la aritmética interesada. Y veremos quién o quiénes consiguen sacar nota de aquí a 2027. Santiago Vélez incluido.

Al margen de las disputas que entre socialistas y populares se prevén tanto en el Ayuntamiento de León como en el Palacio de los Guzmanes, la atención la va a centrar la Unión del Pueblo Leonés y sus postulados. En conocer hasta dónde son capaces sus representantes de aunar voluntades en una y otra institución, romper barreras y superar obstáculos. De consolidar la marca de una vez por todas. Que falta les hace superar esa reválida si no quieren enfilar el ostracismo paulatino como, con los consiguientes quejidos, sintieron en sus carnes años atrás.

Dicho de otra manera, más allá de euforias partidistas y de abrazos palmeados –la mayoría hueros– el futuro que se le presenta a la UPL es menos halagüeño de lo que se pensaba –o piensa– la superioridad reinante. A continuación de su pacto en la Diputación y su exclusión voluntaria del equipo de gobierno del Ayuntamiento de León, mucho tendrán que remar –por mejor expresarlo, trabajar– para no perder pie ni peso ante la opinión pública leonesa, quien, lupa en ristre, los examinará. Y si no andan vivos ya se encargará el PSOE –en el caso de la Diputación– de irlos orillando poquito a poco con ligeros toques en los costados y en las espinillas. Las vicepresidencias, a efectos prácticos, tienen menos valor de lo que parece. Como las vice alcaldías. Por otra parte el alcalde Diez procurará que Sendino, el eterno aspirante leonesista a regidor mayor, no le mueva un mojón o le coma un ápice de terreno, en cuanto a su permanente reivindicación por la identidad leonesa. 

Entretanto, la situación del (deshilachado) Partido Popular es un auténtico desastre. Un perfecto desorden. La guerra por el poder continúa y Javier Santiago Vélez, el contestatario a la oficialidad, es ‘muy mal enemigo’. Ni va a ser comparsa en la Diputación ni se va a dejar llevar por cantos de sirena en el Paseo de Salamanca. Y le sobra tiempo para consolidar sus planes.

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