Me parece fatal que se empiecen a disputar competiciones de los Juegos Olímpicos de París sin que se hayan inaugurado en condiciones. Me indigna porque pillan desprevenidos a millones de espectadores que no saben que están siendo retransmitidas, y de ese modo dejan de dar audiencia para que las multinacionales del material deportivo se sientan atendidas como se merecen. La pobre Nike, por ejemplo, que lleva generando malos datos económicos más de un año y está revolviéndose con diferentes esfuerzos promocionales para desmentir a los agoreros que vaticinaron que había tocado techo, y que aprieta mediante publirreportajes organizados por los medios más prestigiosos y con campañas con ramilletes de estrellas deportivas en tono agresivo (¡al ataque!).
Me parece fatal que tantas y tantas figuras y celebridades hayan tenido que cubrirse sus galas con bolsas de plástico gigantes para seguirles la gracia a los organizadores de una ceremonia de inauguración de los Juegos al aire libre pasada por la lluvia y tan inabarcable que de haber caído al suelo el pebetero volador aerostático no se hubiese cargado ni una milésima parte de los implicados.
Me parece fatal que las delegaciones olímpicas nacionales hayan tenido que llegar navegando por el Sena jugándosela, porque ¿y si cae alguno al agua y se lo come un siluro? Imposible, dirían los parisinos a los que les han comido la cabeza con la higienización de esas aguas más turbias que las del Torío a su paso por Las Regueras, donde se baña a menudo una amiga mía que me temo fuese contratada como conejillo de Indias por el Ayuntamiento de París. Para la historia queda la imagen de Carl Lewis, Rafa Nadal, Nadia Comaneci y Serena Williams surcando el líquido elemento en una lanchita bien ataviados con chalecos salvavidas.
Me parece fatal que a pesar de todos los contratiempos, todo el mundo que veo en las fotos de la ceremonia aparezca sonriendo, dientes dientes, cuando como mucho lo que se van a llevar a casa es un romance cosechado en la Villa Olímpica, porque medallas hay poquitas esperándoles.
(P.D. No vi la ceremonia, lo opino todo por fotos)
Hasta septiembre.