Pecaríamos de ingenuidad si pensáramos que, aunque perdiera las elecciones, el dictador Maduro iba a renunciar al poder. Y si, a base de manifestaciones, el pueblo venezolano llega a liberarse del tirano, será con mucho derramamiento de sangre. Lo triste es que ya hace tiempo que muchos opinan que España, con Sánchez, lleva el mismo camino que Venezuela. Nadie duda que Nicolás y Pedro tienen mucho en común, sobre todo su afán por mantenerse en el poder a cualquier precio.
Que conste que la mayoría de las críticas que se hacen al Maduro español no son por ser socialista, sino por sus mentiras constantes y por sus traiciones al pueblo español. Por eso ningún socialista de verdad debería sentirse ofendido. Afortunadamente hay muchos políticos socialistas honrados y buenas personas. Muchos de ellos, en su interior, seguro que nos dan la razón, pero es bueno que también ellos den la cara y eviten ser cómplices de su Jefe. Algunos ya lo hacen, y eso nos alegra. Así, ya es hora de hacer frente a las humillaciones a que Sánchez nos está sometiendo con sus concesiones a los enemigos de España, sean catalanes o vascos. Eso no se puede consentir. Los que, a la hora de votar en el parlamento, están a favor de esas concesiones injustas y humillantes para el resto de comunidades autónomas, son verdaderos cómplices de dichas humillaciones y están traicionando a sus electores.
Igualmente cómplices son los medios de comunicación que se venden al tirano de turno, utilizando una doble vara de medir, aireando o inventando los fallos de unos y silenciando o justificando los de otros. Sin duda parte de la culpa de la pasividad y pasotismo de la gente ante la grave situación en que vive España se debe a la complicidad de muchos medios.
Pero también es mucha la hipocresía existente. A nadie le importaba la guerra de Irak, pero todo el mundo salía a la calle a protestar, porque era una forma de atacar a Aznar que, por cierto, no participó en la guerra. O, cuando el Prestige derramó petróleo en las cosas gallegas, para meterse con Rajoy. ¿Dónde están ahora esos mismos para condenar el terrorismo de Hamás, la invasión de Ucrania o la dictadura de maduro? ¿Cómo estarían las calles si, durante la pandemia, gobernara la derecha? Recordemos la insignificante crisis del ébola. ¿Qué haría Sánchez y los suyos. si lo que atribuyen a su esposa lo sospecharan de la mujer de un presidente del PP? No estamos canonizando a la derecha. Simplemente comparamos la forma de reaccionar con unos y con otros.