Cuando las cosas se ponen feas, es cuando nos revelamos tal como somos. Un día te cortan un traje y después, lo llevarás para siempre como un sambenito.
Seguro que tengo más de un enemigo, posiblemente merecido. Y otros que podrían haberme ayudado en algún caso pero que, a la hora de la verdad salieron por peteneras.
Dejando los asuntos personales, vamos a lo público. Del colectivo que formamos los pueblos de León y de sus aspiraciones. Al perder los recursos económicos, no hemos encontrado la manera de vivir dignamente. Apenas sobrevivir, que quiere decir «vivir algo más, sin sentido, ni horizonte». Unos días o años de propina.
Y la propina se da o no sé da, pero no es un derecho, aunque vivamos de éstas. Si nos arreglan una carretera o las vías del tren vale. Si no, una larga espera u olvido. De ahí que en León se hagan las cosas a medias o no se hagan. Que los proyectos importantes se conviertan en promesas baladíes.
Llevamos décadas hablando del descalabro de Feve; del tren turístico Ponferrada-Villablino; del Emperador, el conservatorio; parques tecnológicos; Palacio de Congresos que básicamente expone quesos, vinos y embutidos; de las conexiones con Portugal y… de la autonomía para León que, contra lo que se piensa, cada vez queda más lejos: Manifestaciones, banderas, palabras vacuas desde los organismos públicos y grupos desparramados por todo el territorio, de escasa convicción.
El penúltimo hachazo nos llegó en el enésimo Congreso de ‘Sáncheztein’ (que no del PSOE) donde la moción de la agrupación de Villablino fue descartada sin más. A pesar de que el alcalde socialista de la capital imprima ciertas pinceladas de leonesismo con estatuas, banderas, escudos y blasones. Mas por este lado, nada que rascar.
No es probable que el PP llegue a gobernar por su escaso empuje y los complejos respecto al partido del gobierno. Una diferencia más aparente que real, que también repercute en las aspiraciones leonesas.
Isabel Ayuso, que fulminó al socialismo en Madrid y cuenta con cierto carisma, nunca había reparado en nuestra provincia, pero por una vez que habla, nos descalifica y nos humilla. En el Congreso Autonómico del PP habló de las elecciones en Castilla; del Reino de León que era de Castilla; en Castilla se dieron los primeros derechos a la mujer; las Cortes de 1188 eran castellanas; los reyes de la Reconquista; la reina doña Urraca y el cáliz de San Isidoro. En suma, unas declaraciones que demuestran su incultura, su ambición sin límites y su maldad.
Con todo, lo más lamentable es que los asistentes, Mañueco y demás políticos cobardes aplaudieran a rabiar.
Como dicen en nuestros pueblos: «Para este viaje no se necesitan alforjas». ¡Feliz Navidad! para le gente buena. Y para estos políticos ¡Feliz pesebre!