16/07/2024
 Actualizado a 16/07/2024
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Uno de los más graves problemas es el de las migraciones. Todos tienen derecho a emigrar, a buscar mejores condiciones de vida. Pero no vale hacerlo de cualquier manera. Concretamente en España es deprimente ver cómo se gestiona este tema. Sin lugar a dudas los mayores responsables de la vergonzosa situación actual son el gobierno y la Unión Europea, que no se enfrentan con las mafias. Nada que ver con la forma de gestionar las emigraciones hace algunos años en España. Entonces se partía con un contrato de trabajo y no se viajaba en las condiciones con que la mayoría llegan ahora a España, si es que no quedan en el gran cementerio en que se ha convertido el mar Mediterráneo.

Ahora bien, los culpables no son los que arriesgan la vida en su intento de llegar, sino las mafias y los gobiernos, incluido el nuestro, que son cómplices de este desastre. Tampoco descartamos que algunos utilicen a estas pobres gentes para hacer una invasión silenciosa, sin necesidad de armas, para imponer su cultura. Tiene razón Vox cuando alerta sobre el grave problema de la inmigración, pero se equivoca rotundamente a la hora de afrontarlo. Los menores no son los culpables y, además, son seres humanos vulnerables que no podemos dejar tirados.

Más de una vez hemos señalado aquí que Vox es una facción de desencantados del PP, formada en principio por personas muy competentes y sensatas; y que, hasta el momento, parecía de todo punto imposible que el PP llegara a gobernar sin el apoyo de Vox. Si los votantes están de acuerdo con el gobierno actual, deberán votar a Sánchez o a sus socios. Pero, si temen que esto nos lleve a una dictadura bolivariana, nos parece que solo sería posible evitarlo llevándose bien ambos partidos de derecha y que, por tanto, el PP no debería ver a Vox como el enemigo. Y, viceversa. Si Vox desea tocar poder jamás podrá hacerlo por sí solo y tendría que dejar de considerar al PP como enemigo. Eso es lo que nos parecía. 

Los buenos políticos no se conducen por impulsos y necesitan mucha templanza, pero la actual dirección de Vox, por mucho que quiera presumir de ejemplaridad al estar dispuestos a no aferrarse al poder, ha entrado en una deriva suicida. Son como aquel cazador que confundió a su yerno con un jabalí y le destrozó una pierna. Se han confundido de presa y disparado contra quienes deberían ser sus aliados y contra la mayoría sensata de sus votantes. Y han demostrado muy poca humanidad con unos niños que necesitan nuestra ayuda. Lo pagarán caro.

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