Imagen Juan María García Campal

¡Continúe el espectáculo!

23/10/2024
 Actualizado a 23/10/2024
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A veces, y más últimamente, cuando atiendo al mundo de la política nacional –poniéndole mucho humor por indicación de mis buenos médicos públicos de familia, primer testigo de mis decadencias; gastroenterólogo, por mis ardores de varia ubicación y horario; y cardiólogo, por mis tensiones vasculares– recuerdo la película ‘All that jazz’, título traducido para su comercialización en este país como ‘Comienza el espectáculo’. Y lo hago teniendo presente que aun cuando la película, «este musical poco convencional que retrata la dureza, el esplendor y la decadencia de las gentes del mundo del espectáculo», no sería aplicable a decir verdad al panorama político patrio, pues en él el espectáculo no comienza, sino que continua desde años si no siglos. No digo ya nada de lo bien que tildándola de sainete o tragedia –elija cada cual el término que prefiera– y no de drama se podría haber traducido para lo que me (o nos) ocupa por ‘Todas esas tonterías’ o ‘Todos esos disparates, palabrerías’, etc. Cómo no agradecer a mis galenos esa indicación o prescripción –sin receta– de ponerle mucho humor a esta tan ‘cosa nostra’. Cómo resistirla sin transgredir la vieja y educativa pauta de «prohibido blasfemar y escupir en el suelo» que antaño adornaba algunas paredes de cafés, bares y chigres a veces con el añadido «y cantar. Sobre todo, si lo haces mal».

Conste que cuando me refiero al mundo de la política nacional no sólo me refiero al poder ejecutivo y legislativo de varia competencia territorial, sino también al judicial en el que, a veces, parece que –presuntamente, que no me falte el presuntamente– mantiene vigencia la vieja ley de la que en ‘El Gaucho Marín Fierro’ ya se decía hace más de siglo y medio: «Hay muchos que son doctores, / y de su ciencia no dudo, / mas yo que soy hombre rudo, / y aunque de esto poco entiendo / diariamente estoy viendo / que aplican la del embudo».

Mas permítame decirle que, aun sobren ofensivos, a veces por ridícula necedad, gags para toda tendencia y pendencia, de los que más humor me ha exigido, por canalla en cualquiera de sus acepciones, ha sido el montado por el adalid de Vox, García Gallardo, y su comparsa en Brazuelo, ante el edificio donde se atiende a cien personas migrantes, al ser identificado por la Guardia Civil. ¡Qué ofensa identificarlo a él! Igual ya se soñó en las doblas castellanas como principal de cualquiera cosa por desgracia (al menos para mí) de dios. ¡Quita, quita! ¡Continúe el espectáculo! Será por humor. 

¡Salud!, y buena semana hagamos y nos dejen tener.

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