La ciudad de León, inmersa en estos días en el ambiente festivo propio de las fiestas de San Froilán, ultima ya los preparativos para otra celebración: la coronación canónica de la Virgen del Mercado, que tendrá lugar este sábado, 7 de octubre –memoria, por cierto, de la Virgen del Rosario–, a las siete de la tarde en la catedral.
Será esta la segunda Virgen coronada de la diócesis legionense –tras la del Camino, que lo fue en 1930–, distinción con la que la Iglesia reafirma que María «con razón es tenida e invocada como Reina», tal y como se indica en los ‘Prenotandos’ del ‘Ritual de la Coronación de una imagen de Santa María Virgen’. Es el obispo, junto con la comunidad local, quien decide si es oportuno coronar una imagen –en el caso de una coronación diocesana, como es el caso; cuando la concede el papa, es pontificia–, aunque ha de tenerse en cuenta que solo deberían serlo aquellas que «por la gran devoción de los fieles, gocen de cierta popularidad» y que el lugar donde se veneran haya llegado a ser «centro de un genuino culto litúrgico y de activo apostolado cristiano».
La coronación de la Morenica, pues, era poco menos que obligada. Y anhelada –y también demandada– por los leoneses, pues lleva siglos concitando la devoción de nuestros paisanos.
Si te soy sincero, esperaba mucho más ‘movimiento’ durante este tiempo de preparativos –como suele ser habitual en el marco de una coronación canónica–; y muy especialmente en el mundo semanasantero pues, además de ser la imagen con la que se identifica el León cofrade –nos contamos por miles quienes la acompañamos por el corazón de la capital de este viejo reino cuando, cada Viernes Dolores, inaugura una nueva Semana Santa–, son tres las penitenciales con sede en el territorio de la parroquia del Mercado. Aunque digo yo que el poco tiempo con el que se ha contado –mucho menos de lo que se acostumbra: fue anunciada hace apenas ocho meses– tampoco ayudara.
Sea como fuere, el sábado –estoy seguro– será un día histórico…