Avergonzado me siento como hombre y como periodista. Nunca me llegué a imaginar que profesionales de la información protagonizaran ciertas reacciones tras conocerse que el Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León organizaba un taller de corresponsabilidad en tareas domésticas para periodistas de sexo masculino. Basta decir que todo el mundo puede expresar su opinión, pero igual de cierto es que tanto para opinar como para difundir una noticia lo primero que hay que hacer es informarse. Que una persona caiga en el error de hablar de algo sin tener toda la información es reprochable, pero que lo haga un periodista es inaceptable y vergonzoso. Uno de los principios básicos de nuestra profesión es que antes de hablar sobre algo hay que acudir a las fuentes y contrastar la información. Pero por lo leído estos días, parece que a algunos se les ha olvidado lo que son o lo que es peor, sus instintos han arrinconado a los valores fundamentales del periodismo.
A excepción del director de Cuestión de Prioridades de La 7, que aprovechó mi presencia en el estudio como tertuliano para preguntarme sobre los objetivos del taller, ningún periodista se ha puesto en contacto conmigo ni con el Colegio para pedir más información o preguntar por los contenidos de dicha actividad. Pero eso sí, algunas personas del gremio se han despachado a gusto con afirmaciones que faltan a la verdad y basándose sólo en sus propias fobias y filias.
El buen quehacer periodístico debe basarse en datos contrastados y no en suposiciones o subjetividades. Pues aquí va un dato bastante esclarecedor. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo realizada por el Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo las mujeres invierten 12,5 horas más a la semana que los hombres en trabajo no remunerado. Por esta razón, desde la Dirección General de la Mujer de la Junta de Castilla y León se ofreció al Colegio la posibilidad de llevar a cabo dicho taller. Es evidente que las personas que tenemos que mejorar en este ámbito somos los hombres, por lo que es razonable que los destinatarios de esta actividad seamos los periodistas de sexo masculino.
Si concienciar sobre la necesidad de la corresponsabilidad, explicar la importancia de ésta y sus ventajas, corregir los errores más comunes vinculados con la terminología y el lenguaje utilizados cuando se habla de corresponsabilidad y desterrar ciertos estereotipos negativos asignados a los hombres de manera injusta abochorna a alguien o les parece superfluo es que tenemos un problema como hombres y como periodistas.