Al comienzo de la película ‘Cuando Harry encontró a Sally’, ambos comparten un viaje en coche desde Chicago a Nueva York, donde van a establecerse. Harry y Sally no se conocen de nada y se han juntado para ese viaje por conveniencia.
Como tienen por delante dieciocho horas de coche juntos y «para matar el tiempo hasta llegar», Harry le pide a Sally que le cuente la historia de su vida. Sally asegura que no tiene nada que contar porque de momento no le ha pasado nada. Es por eso por lo que va a Nueva York, dice.
-¿Para que te pase algo? -pregunta Harry.
-Sí -responde Sally.
-¿Cómo qué?
-Como ir a la escuela de periodismo para ser reportera.
-Y poder escribir sobre las cosas que les pasan a los demás -dice Harry.
-Es un modo de verlo -replica ella.
Harry le dice: ¿Y si no te pasa nada? ¿Y si vives allí toda la vida y no pasa nada?
Pero siempre pasa algo. Incluso las cosas que no quieres que te pasen, te pasan. Te pasa lo bueno y lo malo, y hasta cuando puede parecer que no pasa nada, pasa algo. Y las cosas que crees que sólo le pasan a los demás, te empiezan a pasar también.
Por eso me interesan las cosas que les pasan a los otros. Por eso, como Sally, me hice periodista y escritora. Nora Ephron, autora del guion de ‘Cuando Harry encontró a Sally’, también ha dejado una obra periodística ingeniosa y divertida en la que solía contar lo que le ocurría a ella. Sus divorcios y amoríos; sus problemas con los alquileres en Nueva York; las conversaciones con sus amigas y su fastidio por las consecuencias de la edad -las bolsas en los ojos, la papada, las arrugas, los cuellos de gallina y de pavo y de elefante-; la relación con los hijos; su pasión por la cocina y la lectura; el fastidio del tinte y la peluquería. Y lo cuenta tan bien que todo me interesa, que todo lo que Nora Ephron escribe de lo que le pasa a sí misma se convierte en escribir sobre lo que nos pasa a todos. Es un talento que no todo el mundo tiene, un talento del que aprender.