Jorge Brugos

Courel es leonesista en la intimidad

16/12/2024
 Actualizado a 16/12/2024
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En UPL están siendo víctimas de las sibilinas mentiras con forma de verdad: las promesas. En el arte de lo posible hay más despechados que en las aplicaciones para ligar de mayores de cincuenta. De lo que se promete en los pactos a lo que luego se materializa en el ejercicio legislativo hay un trecho separado entre la necesidad inicial a la procrastinación de estar ya en el sillón que se quería ocupar. Esos acuerdos no son más que una transacción con un aliado circunstancial para conseguir el único interés permanente: gobernar. Paradigmáticamente, el motivo por el que formaciones como UPL se han fortalecido electoralmente está relacionado con la decepción del bipartidismo a parte de la ciudadanía por un puñado de promesas incumplidas. 

Brindis al sol consecuencia de unos tiempos posmodernos en los que las transformaciones no son más que apariencias, gracias a unos dirigentes que viven en una permanente luna de miel con el postureo. Si Courel permanece impasible ante los anhelos leonesistas de muchos de sus paisanos es porque adolece de los males de la partitocracia: ser más fiel a su partido que a sus vecinos. Aunque quizá en su fuero interno él también quiera que León esté sólo antes que estar marginalmente mal acompañado, su disciplina partitocrática le obliga a nadar y a guardar la ropa; camiseta socialista que no se puede quitar en un panorama político tan futbolizado. Esa omisión de socorro autonomista tiene que ver también con el cinismo temperamental de nuestros gobernantes de hoy, que basan su política más en los gestos que en los hechos. Dirigentes con fobia escénica a las grandes transformaciones con una profunda dependencia del lenguaje gestual. Actitud tibia, pesimista si me apuran. Les invade una sensación derrotista de que por mucho que se quieran cambiar las cosas, ni León será autónoma ni Castilla se acordará de que Valladolid no es ni la capital regional ni la del Imperio como en tiempos de Felipe III. 

Han abandonado toda esperanza y miran quizá como a ilusos a todo el leonesismo. 

 

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