11/04/2025
 Actualizado a 11/04/2025
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El mundo entero, nuestro país España, ha sorteado en los últimos quince años tres grandes crisis que seguramente la mayoría de los ciudadanos nunca imaginamos que pudieran ocurrir. Me refiero a la crisis financiera de finales de la primera década de este siglo que paralizó la construcción y tumbó o dejó tambaleándose el sistema financiero; la crisis del Covid 19 que siendo una crisis sanitaria se convirtió inmediatamente en una crisis también económica; y la de la guerra en Ucrania que ha absorbido ingentes recursos y ha cambiado el orden de prioridades en la geopolítica mundial. Pero no hay tres sin cuatro, que se dice, porque la más reciente, y a saber el alcance que va a tener, es la crisis que se está desatando como consecuencia del giro en la política de Estados Unidos sobre todo en lo que aranceles se refiere. El mundo no está preparado para soportar cuatro grandes crisis globales en menos de dos décadas, o al menos no está preparado para soportarlas sin que ello se traduzca en un menoscabo de las rentas disponibles de las familias y consecuentemente de su calidad de vida. Tratar de sortearlas, haciendo como que no pasa nada, con fondos públicos que significan endeudamiento de las distintas administraciones, puede ser algo así como una patada adelante al problema, pero sabiendo que nos lo vamos a volver a encontrar, sabiendo que habrá que devolver los préstamos, con sus correspondientes intereses, y que ese momento puede volver a coincidir con otra nueva crisis, la quinta. Sin que sepa explicar muy bien los motivos, el campo, el sector que represento y del que más conozco, ha sorteado relativamente bien las tres crisis primeras, o dicho de otra manera, las ha sorteado mejor que en otros sectores productivos, y pocos han tenido que abandonar la actividad por esos motivos. Pero con esta última, la de los aranceles, quizás no corramos la misma suerte, y es probable que nos queden productos sin vender o que se convierta todavía en más habitual la práctica de venta a pérdidas. Porque España es país exportador de alimentos, no lo olvidemos.

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