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De retirada en lo eterno

31/07/2018
 Actualizado a 16/09/2019
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Mirando el verdor de la montaña acompañado de una Luna eclipsada, divisando un Marte que por mucho que le preste atención, no consigo ver el agua que dicen que contiene, enjaulado en un cubo rodeado de paredes de piedra, preñadas del olor a pintura que Manuel Sierra utiliza en sus paisajes babianos perpetuos en los lienzos, bajo la amenaza de un revolver quieto sobre la mesa, dispuesto a jugar a la ruleta rusa. Curioseando una bolsa de viaje, que pierde su intensidad de color por la luz del sol con el paso del tiempo, una ventana asimétrica abierta para que los montes con el brillo de sus oros blanco, verde, negro, quisieran mandarnos el mensaje del olvido a través del curso de los ríos, que nacen para llenar pantanos, atravesando pueblos de piedra y pizarra, añorando la población de no hace tanto tiempo, como apunta Ángel Fierro «estos ríos no son solo un espacio de belleza sino un paradigma del olvido en el que todos tenemos parte», culpables de que 10.700 jóvenes se nos hayan ido en el último año, dejando que crezcan los zarzales que cohabitan con las víboras en las casas abandonadas.

Tiempos Nuevos. Dulces o Salvajes, que Ignacio Fernández nos deleitó en una clase magistral, en la casa del pueblo o teleclub de Torre de Babia, para que seamos valientes y no caer en la melancolía, sino en la búsqueda de una perspectiva de futuro, donde las mujeres sean el agente transformador o la Revolución que queda por hacer, para que el tiempo sea dulce y evitar las cuatro amenazas con las que convivimos, la desigualdad, la precariedad, la superficialidad y la privacidad. Volver a ocupar el entorno desmantelado en un mundo globalizado y a poder ser sin limosnas, para que el Tiempo Salvaje no se apodere como por desgracia de los tres valientes compañeros encerrados en el Edificio de Trabajo, esperando un plan industrial que mantenga con vida a las 600 familias en peligro de extinción, porque el viento mueve molinos y los políticos solo dan vueltas alrededor del sillón confortable.

Dudo y de nuevo me retiro a lo eterno.
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