30/03/2022
 Actualizado a 30/03/2022
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Hay verbos que se atraviesan. Hay quienes andan bien listicos para darle a vaguear y ni que decir tiene los que son del comer y el rascar, que solo quieren empezar. Empezar se conjuga bien (yo empiezo, tú empiezas, él empieza) pero no siempre es fácil ponerlo en práctica. Si no, que se lo digan a los que andan enfrascados con el emprender. Soltar, saltar, repuntar, entrar. No son fáciles, no. Acabar tampoco. Primera conjugación, segunda y tercera. Cada una tiene lo suyo. Conjugar no es fácil.

Sí lo es desear. Las cosas a veces se complican un poco con querer, y en otras amar queda grande por pocas letras que lo formen (yo amo, tú amas, el ama). Los sinónimos te la juegan a la mínima porque no siempre son lo mismo unas palabras que otras y con ellas, como dice el maestro Martín Caparrós, «no hay cuartel: dominarlas o dejarse dominar por ellas. Son taimadas: simulan ronroneos que disimulan carcajadas».

Reír es tan fácil como llorar y si no que se lo digan a la gata Flora, que cuando se la meten ríe y cuando se la sacan llora. Meter, sacar. Bueno, ahí vamos. Ir se lleva bien, volver a veces cuesta. Pero no todo está en el significado, hay ocasiones en las que lo que se complican son las formas.

Descuajeringar, por ejemplo. Descuajeringaríais en un condicional que obliga a leer silabeando cual trabalenguas. La pena es que no se les traba a quienes llegan, a política por ejemplo, con ganas de descuajeringar en presente para que después lo tengamos que arreglar los demás en futuro. Pero no es este el verbo más intrincado. Pruebe a desentumecerse, apueste por satisfacer. Erguir se endiabla, sosegar cuesta, convencer aún más. Errar tiene lo suyo aunque parezca fácil y caber, mejor olvidarlo (olvidar, este sí que es engorroso si nos quedamos con el cómo sin importar la forma). Y el más difícil: embaír. Me quedo con la primera acepción de la palabra, que las otras apuntan en la RAE que están en desuso como si usted le diera a embaír a diario tanto como yo a hablar (que es fácil y sale gratis): «Ofuscar, embaucar, hacer creer lo que no es». En ello andan unos cuantos con que, sin perder de vista a Caparrós, tengamos cuidado no sea que nos estén simulando ronroneos cuando, en realidad, lo que están haciendo es disimular carcajadas. Del verbo politiquear.
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