23/11/2024
 Actualizado a 23/11/2024
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Ya han pasado tres semanas tras la terrible tragedia y seguiremos hablando y escribiendo sore esta catástrofe hasta que se haga justicia y los ciudadanos afectados por la Dana recuperen sus vidas. 

Es verdad que gracias a la labor de los voluntarios y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado muchas localidades se han desecho del lodo en sus vías principales. Es un avance, recuperan asfalto, aunque muchos vecinos siguen sin servicios mínimos y necesitan todavía ayuda para seguir limpiando casas, locales y garajes. Ellos insisten: «Que no os engañen, esto no ha terminado», por no hablar de las ayudas.

Ante una tragedia de semejante magnitud nos alarmamos, queremos saber la verdad. Pero ¿dónde está la verdad? ¿Es única? ¿Hay solo una? Los ciudadanos de Valencia repetían en las redes una y otra vez que la TV no contaba la verdad, que todo era mucho más dramático que las imágenes transmitidas, los datos ofrecidos y los testimonios compartidos. 

No nos conformamos con escuchar la versión oficial, porque si algo nos ha dejado claro la Dana es que los grandes medios viven de subvenciones y están controlados por ambos gobiernos, autonómico y nacional; y aunque los periodistas quieran ser veraces sus fuentes son oficiales, es un callejón sin salida. 

Nos queda entonces intentar averiguar la verdad a través de medios independientes (que ellos llaman despectivamente ‘pseudomedios’) y por supuesto, el cuarto poder, las redes sociales. Los primeros ofrecen una opinión subjetiva, pero más fiable, no hay estómagos agradecidos. Las segundas de todo.

Cualquier información en contra del gobierno es un bulo. Y sus seguidores, cuando no quieren enfrentar esa verdad te dirán eso, que no te lo creas. Bulos hay, por supuesto, pero no toda versión no oficial es mentira. El trabajo ingente nos corresponde a los espectadores. Analizar, discernir. Por ejemplo, la clave de todo ya nos la ha dado el alcalde de Algemesí. 
 

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