Ahora que ya ha pasado todo, y que el «hijo» ha perdonado a su padre la afrenta, surgen voces que cuentan lo que pasó. Y dicen que fue un caso parecido a la historia que se cuenta en el Génesis sobre Abraham y su hijo Isaac. El hijo, Zelenski, poesía de su propiedad en un lugar lejano de Europa, lindando con el imperio del Zar Putin. Grandes superficies de tierras llamadas «raras», ricas en los 17 elementos esenciales para fabricar Imanes de alta potencia, baterías, y tecnología militar avanzada (51 materias primas en total).
Una auténtica «mina de oro» que el vecino Zar quería para sí solo, por lo que cogió el cuchillo para sacrificar a Zelenski. Pero el amigo «americano» ayudó a este a defenderse, sin pedirle nada a cambio, tan solo por solidaridad y en defensa de unos valores muy «europeos», como la libertad. Pero el amigo americano, Biden, se hizo vieno, y su sustituto, el Gran Kam llamado Trump, le tendió una trampa mortal a Zelenski: Si quieres que pare la guerra debes repartir tus tierras entre mi amigo el ruso y yo.
En estas estaban cuando el americano llamó a Zelenski a su nuevo palacio, en el que acababa de comenzar su reinado, y le habló así: Mi anterior, que era un bobo, te fue entregando armamento para defenderte, pero yo ya no te lo voy a dar; es más, te voy a cobrar todo lo que, tan alegremente, te entregó mi predecesor; y, además, les voy a gravar con aranceles a todos los que piensen como yo, entre ellos a esos europeos a los que tanto aprecias tú y ellos te aprecian a ti.
Y, como Zelenski se negó, la humillación a la que fue sometido por parte del americano fue total. Y estaba ya a punto de ejecutarle por sus propias manos el tal Trump, cuando este oyó una voz que le decía: Detente, Trump. Y sus ayudantes le explicaron que era una voz divina y que ellos sabían bien que el pobre Zelenski terminará por ceder. ¿Por qué?, preguntó Trump. Porque no tiene otra opción.
Y le explicaron que, a parte del titanio, el manganeso, el grafito y el litio ucranianos, a él le corresponderían unos 500.000 millones de dólares en total. ¿Dónde hay que firmar?, preguntó Trump.
No tardó ni dos días el hijo pródigo Zelenski en volver a reunirse con Trump, su salvador, su benefactor. Sobre todo despues de valorar el resultado de la reunión con los líderes europeos y escuchar los planes de construcción de un sistema defensivo basado en sus valores como la libertad.