Estamos sufriendo una tremenda intoxicación informativa basada en 3 pilares fundamentales: la batalla por el relato, el mensaje corto y la demagogia. En cualquier manual de comunicación, parece que estos 3 pilares son imprescindibles. Darle a la gente pequeñas píldoras de mensajes alineados con sus deseos o miedos que no hagan más que reafirmar sus puntos de vista, aunque estén totalmente equivocados. Comunicar hacia el corazón en lugar de hacia el cerebro.
Este tipo de comunicación tiene 2 puntos débiles: no resiste un análisis de datos sobre los mismos, y tiene un gran enemigo en las ‘hemerotecas’ (en sentido amplio de la palabra, independientemente del soporte). Sin embargo, el político actual, está perdiendo el miedo a la ‘hemeroteca’. Sabe de lo efímero de la información y de la fragilidad de la memoria del ciudadano.
El pasado 7 de noviembre, vino a León el periodista Rafa Latorre y trajo con él ‘La Brújula’ de Onda Cero al Museo Casa Botines de Gaudí, programa por el que pasó una representación empresarial de León, con el excelente Grupo Somos Hijolusa demostrando cómo hay que hacer las cosas para triunfar, y una representación institucional con, entre otros, el alcalde de León José Antonio Diez, al que pude escuchar en vivo y en directo.
Diez, ha demostrado y demuestra, cada vez que tiene ocasión, que es una persona que no se achanta, domina esa ‘nueva’ comunicación de la que les hablo y ha cogido muy bien el pulso a sus ‘clientes’, que no dejamos de ser todos los habitantes de la capital leonesa. Sabe que si hay 2 mensajes que calen entre los leoneses, es el mensaje victimista y el del enfrentamiento hacia su propio partido haciendo chascarrillos sin cortarse un pelo. Sin embargo, en ocasiones, el subconsciente le traiciona y se sale de ese guion.
Diez, en ‘La Brújula’, al ser preguntado por la gestión de la Dana en Valencia, dijo literalmente que «la descentralización del país no ha aportado grandes cosas positivas», refiriéndose a la educación, a la sanidad, a las emergencias… para terminar aludiendo a los problemas de España «con tanta vertebración y tanta autonomía». Ole, ole y ole.
El alcalde, que es un tío listo, según hablaba en ese clima relajado que tiene la radio nocturna, se iba dando cuenta de que, atacando a las autonomías, se estaba metiendo en un huerto delicado, dadas sus pretensiones autonomistas, y antes de que Rafa Latorre le afease sus contradicciones, se adelantó a intentar ‘rectificar’, diciendo que, a pesar de los errores de la descentralización autonómica, su petición de una autonomía más se justifica con que, «si seguimos en esta historia, yo quiero la mía». Como el que quiere un juguete.
A Diez su subconsciente le jugó una mala pasada haciendo público, ante casi medio millón de oyentes, lo que realmente pensaba del Estado de las Autonomías y del capricho que es «tener él la suya». Sin embargo, la gente olvida y lo que pasó o se dijo hace sólo 8 días, ya forma parte del pasado. Sigamos con el relato.