Si en el Palacio de los Guzmanes tenían la esperanza de no volver a protagonizar ningún escándalo de aquí a las elecciones de mayo, que se preparen para volver a saltar a las portadas. Inmersos en los meses más convulsos de la historia del Palacio de los Guzmanes –un asesinato, varias imputaciones, sospechas de corrupción y muchas citas en los tribunales–, el equipo de gobierno y el expresidente de la Diputación se enfrentan ahora a la querella que han presentado por vía penal en la Fiscalía cuatro funcionarios de la casa. Acusan a la bancada de los populares de haber incurrido presuntamente en siete ilícitos penales, según consta en los 22 folios de la denuncia: prevaricación, falsificación de documento oficial, coacciones, acoso laboral, tráfico de influencias, fraude y malversación de fondos.
Los denunciantes les acusan de llevar a cabo un reparto ilegal de los puestos directivos –y sus abultadas retribuciones– del Servicio de Asistencia a Municipios, «acosando laboralmente a los denunciantes por resultar un obstáculo para la consecución de los fines de los denunciados». Este caso devuelve el foco a la controvertida política de Personal que en los últimos años ha llevado a dilapidar muchos miles de euros del erario público en defender innumerables causas en los tribunales. Y mientras el SAM se encuentra prácticamente paralizado, algunos rezan para que se retrasen un poco esas sentencias demoledoras que están al caer.
¡Más madera, que les sale gratis!
Diputados al banquillo
13/03/2015
Actualizado a
16/09/2019
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