Don Quijote y Sancho lo saben

23/07/2024
 Actualizado a 23/07/2024
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En estos tiempos de Lexit- llevado al encaje del reino del este verjel que escribimos con la b, porque podemos, de Bierxit-, pedir más competencias para un Bierzo a quienes usan como chascarrillo la comparación de la comarca con una Palestina en llamas -lo hizo Mañueco en una respuesta a los medios-, no parece tener una llegada tranquila a puerto. - No será buena la cosecha Don Quijote-, augura Sancho. No hay simiente en las alturas de los Señores para abrazar un sol de justicia que saque los colores a los viñedos. Pinta feo que Valladolid tenga la soga y la medalla en el mismo cajón para una comarca que pide lo que tiene apuntado en el debe. Y que se desangra por la herida añeja de la dependencia. Tal vez la gestión de la sanidad cuando duele en lo cercano, tenga una tirita inmediata. Tal vez contar con un Parque Agroalimentario o que se pongan en valor las siglas D.O. cuando se apellidan Bierzo, fuera una prioridad si la decisión partiera de casa.

Que decida ofrecer premio o castigo a la comarca de ley quien marca el paso de la caballería, no deja lugar ni al rezo ni a la suerte. Y así, pese a tener una ley amparando su identidad propia, el Bierzo se mantiene en un coma inducido. Y, de tanto mirar a quien guarda con celo los doblones, se olvida de ponerle el ojo a lo que hay por abajo. La Junta no quiere hablar de definiciones propias, pero los que debían aupar sobre sus hombros ‘quijotadas’ de peticiones de autogestión, le sueltan los pies al vuelo. Ni de arriba ni de abajo... Queda arar, pies en tierra, y ver como de nuevo, hacen tragar con ruedas de molino a quienes queremos ver gigantes, sin miedos, solo por ver algo grande como lo que somos. -Más no cese vuesa merced en marcar puños a las puertas -dice Sancho-, que no digo yo que del otro lado, fartos del soniquete de la llamada, lleguen en algún momento a sacar ojo por mirilla y dejar que el aire de occidente marque de buena sintonía un encuentro. No queda otra que mirarse a la cara, aunque se vaya dejando para mañana, porque «no hay mazo que tanto apriete los aros de una cuba»  como una comarca que se sabe única, que busca el hueco por donde entrar, y que bien merece sacar pecho para sortear que el que cabalga decida horca. Merecemos premio.

 

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