Leí hace unos días, a propósito de la presentación de Unidad Leonesa –la plataforma transversal para impulsar la Autonomía Leonesa por la vía del artículo 144 de la Constitución–, que se presentaba «una facción más del leonesismo». El comentario solo puede proceder de alguien que desconoce este movimiento, o bien de la intención de tergiversar la realidad.
El movimiento por la Autonomía Leonesa es de una amplitud social que desborda cualquier comparación con otros de provincias cercanas. La necesidad de una autonomía propia ha fraguado con tal fuerza y extensión que son multitud de grupos, con personas diferentes, los que empujan hacia ese objetivo. Lo que es más importante aún es que son cada día más colectivos y mejor organizados, lo que garantiza el avance frente a una resistencia cada vez más minoritaria y desconcertada.
Puede ayudar a comprender el alcance, por poner ejemplos, el racimo de organizaciones que han generado importantes documentos para convencer a quienes desconocían o ignoraban esta aspiración colectiva de los leoneses. En 2008 se inician las reuniones del colectivo Proyecto León, una fuente extraordinaria de propuestas para el desarrollo provincial, que figuran en su blog y en la prensa. Desde hace cinco años publica el Observatorio Económico de León, compilación estadística que diagnostica la evolución de León, de la Región Leonesa y del resto de regiones durante el periodo autonómico. Llega a más de mil destinatarios institucionales y periodísticos.
En 2016 el colectivo León Constituyente elaboró uno de los mejores argumentarios para el reconocimiento de León como una regionalidad en la Constitución. Desde la Vicepresidencia de la Junta hasta el Grupo Socialista en el Congreso, o diversos senadores, lo recibieron con las pertinentes explicaciones. Iniciativa Autonómica Leonesa realizó el estudio de viabilidad de la Autonomía Leonesa, que divulga desde 2020.
Son decenas de grupos los que empujan en esa única dirección, como Iniciativa Social Leonesa, impulsando la autovía Ponferrada-Monforte en 1996, o Conceyu País Llionés, publicitando el conflicto de León con la Junta, o la multitud de grupos de folklore dando a conocer nuestras tradiciones. Da igual que no sean explícitamente leonesistas porque avanzan hacia una meta: la recuperación de la personalidad cultural, política, económica y social de León.
A quienes definen una sociedad en marcha, como la que describimos, como un conjunto de facciones, les falta o voluntad para entender o ética para ser veraces. Los leoneses queremos nuestra autonomía, sea cual sea la vía, o su formato. Lo demás, es confundir.