Es preocupante que parte del presente y futuro de la sociedad dependan en muchos aspectos de unos fríos e insensibles algoritmos, que, si bien han sido programados por seres humanos, en más ocasiones de las deseadas nos ofrecen situaciones que más allá de la simple anécdota, nos deben hacer reflexionar cuando estos se comportan como verdaderos censores.
Gran parte de la información que consumimos en el día a día en el mundo digital viene marcada y redirigida por algoritmos. No me refiero ya a las recomendaciones de contenido que nos hacen desde diferentes plataformas y redes sociales, que no buscan el interés general, sino el de diferentes corporaciones o grupos de poder. Aunque sea un trabajo arduo, podemos escapar de dicha treta y a pesar de que nos lleve más tiempo, buscar nosotros lo que queremos consumir. El problema es cuando algunos algoritmos nos quitan esta posibilidad, ejerciendo de censores y según unos criterios que escapan a toda lógica, eliminan unos contenidos basándose en unas justificaciones delirantes.
Una de las últimas barbaridades de este tipo ha sido cometida por Youtube, un hecho denunciado ante la Comisión Europea por el eurodiputado leonés Iban García del Blanco. Incomprensiblemente Youtube ha censurado unos documentales del periodista Carlos Hernández con testimonios de supervivientes de los campos de concentración nazis. La justificación dada es que hieren la sensibilidad. También le han censurado uno sobre Eva Braun porque supuestamente incita a la violencia. Argumentos demagógicos donde los haya, cuando Youtube está llena por ejemplo de vídeos de juegos de ordenador en los que la violencia es el hilo argumental.
Si tenemos en cuenta que las nuevas generaciones acuden a plataformas como Youtube para consumir contenido y ésta se dedica a censurar testimonios de víctimas de una barbarie humana o episodios históricos que no deben olvidarse nunca para que no se repitan, imagínense el futuro que nos espera. Algo tendremos que hacer ante estas situaciones en las que se pretenden resquebrajar las bases de la memoria histórica. Basta ya de que empresas privadas jueguen a ser Dios y decidan lo que somos y lo que seremos en el futuro, con la excusa de protegernos e imponer un buenismo que nos está llevando a un callejón sin salida, convirtiéndonos en unos prisioneros, pero con una diferencia respecto a los protagonistas de los testimonios censurados. Ellos sabían que no tenían libertad, pero nosotros nos creemos libres, lo que sin duda es la situación ideal para nuestros carceleros.
El algoritmo censor
11/09/2021
Actualizado a
11/09/2021
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