Luis Ventoso en una de sus columnas, afirmaba que todos los ciudadanos británicos tienen un Pub de referencia, un lugar sobre el que giran sus vidas. Supongo que aquí en España ocurre lo mismo. En mi caso yo les hablaría de El Musgo, al que acudía asiduamente hasta que el gran Esteban Fierro decidió jubilarse y por supuesto, El Cantábrico de José María Fernández Rubio.Hoy les diré que estoy triste, porque José María, era además de mi amigo, un gran compañero de tertulia. Un hostelero de la vieja escuela y un magnífico periodista, analista político, plagado de inquietudes y proyectos.
Creo que puedo presumir de haber ido al Cantábrico muchos días, incluso alguno, dos o tres veces. Los días más importantes de mi vida he estado enel Cantábrico. He ido con compañeros, conamigos, con familia y sobre todo solo. Porque a mi me gustaba ir solo. Cuando madrugaba y podía ir a primera hora, repasaba con José María los titulares de los periódicos locales y nacionales imitando a Ónega.
Si la visita era a media mañana, a veces le encontraba conmi tío Maxi en la llamada ‘Oficina’, viendo revistas o escuchando canciones italianas. Cuántas veces hablamos de la actualidad política local, listas, traiciones, candidatos, opciones de nuevos partidos…¡Cómo te gustaba el Juego de Tronos! Hoy es sábado, y no se donde iré a tomar mi caña, ni con quien comentaré las noticias. Hoy no habrá tertulia, ni hablaremos de la ya más que posible recuperación económica, ni de las cifras del paro, del Polígono deTorneros o las dudas que alberga la Junta, sobre los gestoresde Everest .
Estoy seguro, que estés donde estés, seguirás madrugando con Herrera, enfadándote con el Gabinete de Julia y deleitándote con las entradillas de Alsina. Comprarás los periódicos para leer a Ignacio Camacho y Arcadi Espada. Ahora tendrás más tiempo para ver todas las tertulias, sin necesidad de grabarlas. Y los sábados sonreirás cuando Carmona busque la cámara para gustarse, mientras tu Paco Marhuenda le saca de sus casillas. Será difícil imaginar el Cantábrico sin ti. Un lugar mítico para muchos como yo. Ojalá ninguna ley, ni propietario en busca del Dorado, acabe con él, porquemás que un local, es parte de nuestra vida. Dicen que hay jóvenes con ánimo de viejos y gente mayor con alma joven y ambiciosa, por ello estoy seguro que desde hoy, estarás metido en obras haciendo aquella cafetería que tanto soñabas… hasta arriba de madera, camareros con el clásico uniforme, servicio de limpiabotas y sobretodo, muchas tertulias.
El alma del Cantábrico
24/01/2015
Actualizado a
18/09/2019
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