28/12/2021
 Actualizado a 28/12/2021
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El ciudadano actual está deslumbrado por todo lo que se mueve con electricidad porque, sobre todo el europeo, ha sido absorbido por los mantras de la sostenibilidad, inclusión, medio ambiente, cambio climático y otra serie de asuntos que no aclaran y sí aturden..

Ni una cosa ni la otra, porque el fiel de la balanza siempre se ha mantenido en el lugar de la moderación que ahora no existe porque lo altera todo aquello que suponga negocio inmediato y ganancias sin límites.

Y esto, precisamente, es lo que hay que moderar.

Ha saltado a la palestra la crisis de la energía eléctrica pero es que al paso que vamos será crisis en todo, porque así lo hemos querido al interconectar todo el planeta y caer en el sistema de globalización, focalizar la producción en un lugar barato, provocando la deslocalización de los trabajos y de los puestos por un afán de ganancias ilimitado y por una depauperación de los sueldos, incidiendo en la vida de los pueblos de una forma descompensada y viciosa.

Ahora todos estamos deslumbrados por el coche eléctrico y a la cabeza Europa que está cayendo en un infantilismo y síndrome adolescente del que difícilmente van a salir algunos países que no están acostumbrados a una administración e investigación eficaces y sí a la subvención y a los empujoncitos más la corrupción clásica.

El objetivo es cuidar el Planeta y este sigue mostrando muestras de independencia e indómito porque a la Naturaleza no la dominan nada más que las fuerzas de la física, la química y aquellas que propiciaron su creación.

Dejando a un lado las divinidades de cualquier signo y orientación diremos que lo que se observa es algo que ciertas mentes dirigentes están creando y que al fin también ellas van a caer en la trampa para ignorantes y crédulos que han creado.

Si hay un problema originado por el humano algo está pasando gravemente en la humanidad para que, después de tantas, reuniones, cenáculos y más reuniones, nada se haya aclarado, nada se haya tomado en consideración y la anarquía más extrema se haya desatado en el consumo, la locura energética y ese mantra ecológico, que todo lo invade pero que cada vez se muestra más ineficaz, sobre todo con aquellas naciones que contaminan más precisamente porque fabrican más, tienen una población más numerosa y hacen caso omiso de las advertencias y contemplan cómo las naciones en desarrollo, sus alevines preferidos, se muestran más díscolos todavía porque argumentan que ellos también tienen derecho a probar las mieles de la riqueza que se les ofrece por el ojo del Gran Hermano, que es el que manda al fin y al cabo.

Mientras tanto, sin avances notables, se estimulan nuevos nichos de mercado, se muestra el escaparate de los deslumbrantes anuncios en las televisiones de una arcadia feliz y, de vez en cuando, se ofrecen imágenes de bosques incendiados, fauna aniquilada, desbordamientos y catástrofes, estercoleros en los mares, lagos y ríos, tráfico de buques monstruosos que trasladan las manufacturas de una parte del mundo hacia otro, que ha deslocalizado sus industrias en aras de los bajos salarios, costos de fábrica irrisorios gracias a los ínfimos salarios, las ganancias de su comercialización con la consiguiente repercusión en los resultados de las bancas respectivas y los incrementos desmesurados de las fortunas dominantes.

Y esto es lo verdaderamente auténtico y real. Nuestro planeta está siendo deteriorado por los mismos que propugnan un cambio de los consumidores en el sentido que ellos propugnan y aleccionan, sin mostrar las auténticas realidades y causas del verdadero cambio climático que será el encargado de poner a cada uno en su sitio en forma eficaz y contumaz.

Las leyes universales que afectan a todos los cuerpos celestes con vida o sin ella no perdonan y tienen unos ciclos que se cumplen en tiempos históricos y geológicos inexorables y con una gran contundencia sin mirar negocios, situaciones, arbitrariedades y exhibiciones de fuerza humana porque todo queda reducido a la nada ante una Naturaleza que cuando se desata muestra el lado de la evolución que ha originado tanta belleza y, a veces, tanto caos.

Así que, a pesar de que nos duela, debemos exigir que la manipulación se tome vacaciones y que se le explique por parte de verdaderos científicos y no tanto experto televisivo que da grima, la evolución de un planeta que deberíamos conocer más , dejarnos de tanta exhibición y ocultación porque los seres humanos necesitan saber siempre la verdad y sentirse auténticos terrícolas que aman el lugar donde habitan.

No es de recibo el postureo de los gobiernos que intentan cambiar el uso de energías sin haber establecido con seguridad y costos adecuados el uso de la nueva energía que moverán las industrias y los medios de los ciudadanos.
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