La presidentilla del Partido Popular de León y futura diputadilla del Congreso de los Diputadillos ha irritado al nominado por la Unión del Pueblo Leonés a la Cámara Baja, al Congreso. Le ha llamado diputadillo. Lo que según la Real Academia el sufijo illo o illa tiene valor diminutivo a afectivo, aquí se ha tomado por afrenta política. O por falta de respeto. Y es natural que así sea. Si hubiera dicho diputadín, que es más de la tierra… tendría un pase a la remanguillé.
Los leonesistas, después de la cosecha recogida en las autonómicas de 2022 y las recientes municipales, ya no se consideran fuerza residual y localista. Aspiran a más porque se sienten fuertes. Respaldados. Y sueñan con obtener un diputado –que no un diputadillo– el 23-J. Mimbres tienen más que suficientes para conseguirlo. Y eso lo debería asumir la presidentilla y futura diputadilla del PP.
El asunto de fondo es que a los dos grandes partidos en León –el PP y el PSOE– se les abren las carnes pensando en las generales. Lo que antes era un pulso entre azules y rojillos tirando a buganvilla, ahora se ha convertido en una competición de ‘riesgo’, con otro par de invitados sobre el tapete de la timba: UPL y Vox. Y, parodiando a Rajoy y sus sesudos corolarios, las porciones de la tarta son las que son: cuatro. No hay más.
¿Y quién sería al final –se pregunta el leonesín medio– el gran perjudicado de este singular escenario? Sin duda, y por el momento, la parte sociata y sus consecuencias sanchistas. Hasta ahora disponía de dos representantes en las Cortes, Javier Alfonso Cendón –al que querían enterrar antes de tiempo– y Andrea Fernández, la gran ‘esperanza blanca’ venida a menos, aunque la calle Ferraz siempre seguirá ahí, próxima al Templo de Debot. Uno está en el proscenio –la parte más cercana al público– y la otra en la cuerda floja de la tramoya. Lo mismo que, cual espejo, les ocurre a los populares. Lástima que la número dos, Silvia Franco –el uno, como se sabe, lo luce la presidentilla– tenga las posibilidades disminuidas para llegar a Madrid. La exsenadora Franco es el prototipo de la persona preparada, cabal y efectiva en todo cuanto desarrolla. Su cartel es impecable.
Y por concluir. La presidentilla Ester Muñoz deberá ser más contenida de aquí a las generales. Y más cauta. Cuando menos hasta al 7 de julio, en que se constituirá el Ayuntamiento de León. El desdén con el que se pronuncia no ayuda a ‘su’ Margarita del alma en las ‘negociaciones’ con los leonesistas. Ahora bien, la otra posibilidad es que eso sea lo que persigan desde el Paseo de Salamanca. Los gurús de la cosa vienen vaticinando que el (complicado) maridaje con Sendino tendría una difícil digestión antes de las Navidades. Es una tesis plausible.
El diputadillo en liza
25/06/2023
Actualizado a
25/06/2023
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