Las caras de la pobreza

Se habla tanto de los pobres que, como suele pasar, cada cual entiende lo que le parece. Cada cual piensa que los pobres son de una determinada, pero da la casualidad de que, para sorpresa de algunos, no todos los pobres son iguales. En esa imagen distorsionada que tenemos de ellos, quizá provocada porque quienes más se preocupan de ellos son estamentos tan presuntamente alejados entre sí como los partidos de izquierdas y la Iglesia, buena parte de la población piensa que solo son pobres aquellos que están pidiendo en la calle o malviviendo en chabolas. Por supuesto que estos lo son, pero desgraciadamente la pobreza tiene mucha caras y es también dramática cuando no es extrema. Es uno de los mensajes que repiten habitualmente los responsables de Cáritas, que ayer, como pasa siempre que se acerca el Corpus, hicieron balance de sus actividades, y si las cifras siempre ocultan los verdaderos dramas, en este caso mucho más, pues detrás de ellas hay historia de desolación, de miseria, de necesidad, pero también hay lecciones de dignidad, de lucha ante las adversidades que a cada cual le van llegando. Lo cierto es que la labor de Cáritas resulta impagable.