La provincia de León, con su extensa red de carreteras, enfrenta una preocupante realidad: varios tramos de su infraestructura vial están catalogados como de alta peligrosidad. Cada año, accidentes y pérdidas de vidas humanas resaltan la urgencia de intervenir en ellas, entre las que destaca la N-120, especialmente en los tramos que conectan con Astorga, donde el tráfico pesado y los cruces mal señalizados son un riesgo constante. La LE-125, que une La Bañeza con Sanabria, suma curvas cerradas y mala visibilidad, agravadas por condiciones climáticas adversas, frecuentes en invierno. También la N-630, conocida como la ‘Ruta de la Plata’, presenta puntos negros con alta siniestralidad, sobre todo cerca de la entrada a León capital, así como la A-6, que por asumir gran cantidad de tráfico es también la que más accidente registra. Es indispensable que las administraciones prioricen mejoras en estas vías, desde una mejor señalización y mantenimiento, hasta inversiones en proyectos de modernización. La colaboración entre autoridades locales y usuarios de la carretera también es clave para fomentar conductas responsables al volante, pues reducir el número de accidentes no es solo un objetivo técnico, sino un compromiso social que debe ser asumido con seriedad.
Carreras peligrosas: los deberes están claros
Reducir el número de accidentes no es solo un objetivo técnico, sino un compromiso social que debe ser asumido con seriedad.
05/12/2024
Actualizado a
05/12/2024
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