Cuando desde Valladolid se habla del victimismo leonés, se defienden las inversiones con cifras siempre manipuladas de la inversión por provincia, nada como responder con los informes del Instituto Nacional de Estadística. El último dice que ni siquiera la creciente inmigración consigue detener la sangría poblacional, que lleva ya a la provincia a mínimos históricos al bajar de los 450.000 censados. De los motivos se podrían escribir millones de páginas y hablar durante cientos de horas, pero de las soluciones no porque resultan mucho más sencillas: inversiones, inversiones y más inversiones. Es una fórmula muy obvia, muy sencilla y, claro, muy compleja a la vez. De hecho, para detener nuestro paso firme hacia el abismo del desierto demográfico no harían falta más promesas ni proyectos rocambolescos, sino que bastaría, simplemente, con cumplir lo prometido, llevar a cabo los proyectos presentados y que duermen en misteriosos cajones desde hace demasiados años. La situación es dramática, por mucho que algunos políticos naif nos quieran vender optimismo. Contra las opiniones de uno y otro lado, cifras. Y la cifra es que por aquí quedamos 446.301 personas.
Contra las opiniones, una cifra: 446.301
El declive demográfico de nuestra provincia no se contiene ni siquiera con el aumento de la llegada de inmigrantes, lo que augura un futuro cada vez más complejo a los leoneses
08/11/2024
Actualizado a
08/11/2024
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