Son muchos los proyectos pendientes que el Gobierno de España tiene pendientes en la provincia y que acumulan años de retrasos e incumplimientos o recortes. Fue el caso del soterramiento del AVE, que se limitó finalmente a salvar la prolongación de Ordoño y Doctor Fleming después de que la crisis acabase con el modelo de infraestructuras multimillonarias que se iban a financiar liberando suelo y vendiendo pisos. El estallido de la burbuja inmobiliaria dejó claro que el dinero público es finito y que las inversiones deben acometerse con sensatez y coherencia, criterios que pocas veces se aplican de manera clara en la política. Rajoy se vio obligado a suprimir el soterramiento prometido en San Andrés del Rabanedo por Zapatero. El suelo que se iba a liberar no se iba a vender y las arcas públicas no daban para ello. Tras una década con la estación en fondo de saco, se ejecutó el soterramiento en León y ya se ha abierto la Variante de Pajares. Sería poco sensato y poco coherente volver a cortar el tráfico ferroviario y hacer que salga de nuevo en retroceso durante años para, en caso de que hubiera fondos, hacer ahora el soterramiento en San Andrés. Sería ideal, pero no sensato ni coherente.
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