El cuento de nunca acabar en Lancia

Los vecinos de los pueblos cercanos se preguntan qué tendrá que pasar para que la ciudad de Lancia consiga la dignidad que merece. Parecía que iba a tener su impulso definitivo en el anterior mandato, un impulso a golpe de millones de euros, que al fin y a cabo son lo más importante y los gestionó, con dudosa eficacia, el Instituto Leonés de Cultura. En esa dudosa eficacia se incluye sin lugar a dudas la elección de un proyecto para la creación del centro arqueológico que, básicamente y sin la necesidad de ser arquitecto o arqueólogo, multiplicaba por tres (consiste en levantar tres edificios distintos) las ya muchas posibilidades de que durante los trabajos aparecieran restos que paralizasen la obra. El tiempo nos ha dado la razón, que no sirve de nada, pero también ha dado una jugosa indemnización a la adjudicataria. El resultado es que, pese a las buenas (con muchas reservas) intenciones y a que había dinero suficiente, la desolación sigue campando sobre le que debería ser uno de los puntos más valorados de nuestra provincia, porque allí se concentran nuestros orígenes, nuestra esencia. Quizá por eso se usa sólo según los intereses políticos de turno.