Una cuestión de todos y de todos los días

Dicen las abuelas que aquello que no hay que limpiar es lo que no se mancha y vale ese saber popular para ejemplificar el objetivo que busca la nueva Ordenanza de Limpieza puesta en marcha por el Ayuntamiento de León. Desde este viernes entra en vigor un nuevo texto que en su mayoría da continuidad a la normativa vigente hasta la fecha con alguna novedad, actualizando esencialmente multas e incluyendo regulación especialmente en lo que tiene que ver con las mascotas. Cada vez son más los que pasean a su perro botella en mano para evitar que los ‘quehaceres’ diarios ensucien la ciudad, gran ejemplo de una actitud que debe ser la base para disfrutar de una ciudad mejor. Y es que si bien está exigir a los servicios públicos que cumplan con su labor, pero una León más limpia y lucida no la hacen exclusivamente barrenderos, camiones de basura y fregadoras, sino también el civismo de quien tira su colilla donde debe, no deja el papel del envoltorio tirado en el suelo y por supuesto no decide hacer sus necesidades en la primera esquina oscura que pilla por mucho que apriete la naturaleza. Tocar la cartera quizás sea la única solución.