La difícil digestión del 16-F

A base de abstenerse, la Unión del Pueblo Leonés corre riesgo de evaporarse. Se podría entender como elegante la postura inicial respecto a la manifestación del pasado domingo dejar que otros, los convocantes, asumieran el protagonismo, pero a nadie se le escapa que con una convocatoria tan confusa en la que cabía de todo, y en la que cabían todos (incluso los que representan a los responsables de la situación que vive León), el giro leonesista era perfectamente previsible. Por eso, pasados dos días de la manifestación, los que han salido a hacerle la campaña a la UPL han sido, una vez más, el PSOE, a través del ministro Óscar Puente, su millonaria inversión en la estación de tren de Valladolid y sus arrogantes palabras, y elPP, por boca de su presidenta Ester Muñoz y unas desafortunadísimas declaraciones comparando el caso de León con el Cataluña que solo pueden ser síntoma de desconocimiento o de un grave error. Más allá de algunas escaramuzas en las redes sociales, dos días después de una manifestación que evidencia que no se ha sabido canalizar políticamente la frustración de los leoneses, UPL guarda silencio...