La actualidad es caprichosa y a veces juega malas pasadas, pero otras veces deja el miedo sólo en un susto y termina poniendo sobre la mesa demasiadas evidencias como para no sacar conclusiones. El alcalde de León dio ayer una rueda de prensa en la que, ni corto ni perezoso, como suele ser él, aseguraba que se estaba planteando cerrar algunos colegios de la ciudad si la Junta no cumplía con su obligación, es decir, si no cumplían con su deber de mantener las infraestructuras debidamente. Mientras Diez decía estas palabras en León, en Ponferrada se desplomaba la escalera del instituto Álvaro de Mendaña y causaba 14 heridos entre su alumnado. Cierto que en el caso de los institutos todas las competencias son de la Junta y, en el de los colegios, los ayuntamientos deben encargarse del mantenimiento y la institución autonómica de la infraestructura, pero cuando se trata de educación todo eso debería quedar en un segundo plano, nunca se deberían utilizar lo que todos están de acuerdo en declarar como uno de los pilares de nuestra sociedad como arma arrojadiza para el juego de la política. Y no digamos si se unen educación y seguridad...
Educación y seguridad
Pese a las evidencias, si hay un tema que no se debería usar como arma arrojadiza en política es la educación, y aún mucho más cuando ésta se combina con la seguridad
21/05/2024
Actualizado a
21/05/2024
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