El grito del campo leonés

La protesta de Villadangos está justificada, pero también agricultores y ganaderos deben darse cuenta de que no son los únicos trabajadores que no piden privilegios, sino condiciones justas

11/02/2025
 Actualizado a 11/02/2025

El corte de la N-120 por los agricultores y ganaderos de DecaLeón en Villadangos del Páramo es una manifestación clara del hartazgo del sector primario en la provincia. No es una protesta aislada ni espontánea, sino el resultado de años de dificultades crecientes que amenazan la viabilidad de un pilar esencial de la economía y la identidad leonesa. Las quejas del sector son legítimas: los costes de producción se han disparado, la burocracia asfixia la rentabilidad y la competencia desleal de productos importados, muchas veces sin las mismas exigencias de calidad y sostenibilidad, agrava aún más la situación. A ello se suma la falta de apoyo institucional efectivo y la escasez de relevo generacional, que pone en riesgo el futuro del campo leonés. Pero también se tienen que dar cuenta los agricultores y ganaderos que no son los únicos trabajadores que no piden privilegios, sino condiciones justas para seguir trabajando. La protesta en Villadangos es una llamada de atención a las administraciones para que escuchen, comprendan y actúen con medidas eficaces y urgentes. La supervivencia del sector primario no es solo un problema de quienes trabajan la tierra, sino de toda la sociedad. León no puede permitirse perder una parte tan esencial de su esencia y de su economía.

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