León y la sangría demográfica

León sigue perdiendo habitantes a un ritmo alarmante. Según los últimos datos, más de 57.000 leoneses residen en el extranjero y cada día otros cinco hacen las maletas en busca de oportunidades lejos de su tierra. La emigración no es un fenómeno nuevo en la provincia, pero su persistencia y la falta de soluciones efectivas evidencian un problema estructural que amenaza su futuro. La falta de empleo estable, la precariedad laboral y el envejecimiento de la población agravan una crisis demográfica que las administraciones no han logrado revertir. Mientras tanto, ciudades y países con mayor dinamismo económico absorben el talento y la juventud que León no puede retener. Es imprescindible un cambio de rumbo. Las inversiones en infraestructuras, la digitalización y el impulso al tejido empresarial deben convertirse en prioridades reales y no en meras promesas políticas. Sin medidas concretas para generar empleo y mejorar la calidad de vida, el éxodo continuará, dejando a la provincia cada vez más despoblada y envejecida. León necesita un compromiso institucional y del sector privado para ofrecer un futuro viable a sus ciudadanos. De lo contrario, la sangría demográfica seguirá en aumento.