El lobo y la gestión del equilibrio rural

El Congreso ha aprobado la eliminación de la prohibición de cazar lobos al norte del Duero, una decisión que reabre el debate entre la conservación de la biodiversidad y la protección de la actividad ganadera. Desde su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), los ganaderos han denunciado el aumento de ataques al ganado y la falta de medidas efectivas para mitigar los daños. La decisión parlamentaria supone un giro en la política de gestión del lobo, pero también plantea interrogantes sobre su impacto en el ecosistema y las poblaciones de esta especie. Mientras los defensores del cambio argumentan que permitirá un control más equilibrado de la fauna y reducirá los conflictos con la ganadería, los ecologistas advierten de las consecuencias para la conservación del lobo ibérico. La clave estará en encontrar un punto intermedio: una estrategia que garantice la sostenibilidad del medio rural sin poner en peligro la biodiversidad. Es imprescindible que las administraciones desarrollen planes de gestión efectivos, basados en criterios científicos y en el diálogo con todas las partes implicadas. Solo así se podrá asegurar la convivencia entre el lobo, los ganaderos y el entorno natural.