El sector agroalimentario, pilar fundamental de la economía y del bienestar social, enfrenta desafíos crecientes ante la globalización, la variabilidad climática y las exigencias de sostenibilidad. En este contexto, las ayudas para la modernización del sector no solo son deseables, sino indispensables. Estas ayudas, que incluyen incentivos económicos, asesoramiento técnico y acceso a tecnologías avanzadas, son clave para garantizar la competitividad y sostenibilidad de la agricultura y la ganadería. Invertir en la modernización permite optimizar los procesos productivos, mejorar la calidad de los productos y reducir el impacto ambiental. Tecnologías como la agricultura de precisión, los sistemas de riego eficientes y las herramientas digitales para la gestión de cultivos, no solo mejoran los rendimientos, sino que también contribuyen a una gestión más responsable de los recursos naturales. El reto radica en diseñar políticas de apoyo que sean inclusivas y accesibles, y que impulsen a toda la cadena agroalimentaria, desde los productores hasta los distribuidores. Las ayudas deben focalizarse en estos puntos estratégicos.
Modernización: una necesidad urgente
Mañueco detalla el Plan Estratégico de la Industria Alimentaria para los próximos cuatro años, que también incluye 80 millones para la promoción, la comercialización e internacionalización de los productos
12/11/2024
Actualizado a
12/11/2024
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