Quizá no era el momento de organizar una visita institucional a la zona cero de la Dana. Quizá habría que haber esperado a que se hubieran recuperado los cuerpos de todos los fallecidos. Quizá deberían haber ido sólo los reyes... Quizá, pero de lo que realmente no hay duda es de que la tragedia vivida en tierras valencianas y manchegas no debía convertirse de inmediato en una nueva entrega de la polarización política que vive nuestro país ya desde hace demasiado tiempo. Porque jugar al regate corto con las competencias en momentos en los que mucha gente lo ha perdido todo, incluso la vida en muchos casos, puede derivar en el hartazgo que ayer mostraron los ciudadanos cuando se organizó una visita institucional en la que iban los reyes y los presidentes del Gobierno y de la Generalitat Valenciana. La tensión vivida no tiene justificación alguna, porque la violencia nunca es la respuesta, pero al mismo tiempo pone sobre la mesa el cabreo que los afectados por la Dana han acumulado ante la lejanía y la tardanza de quienes debían ayudarles desde el minuto uno pero han apostado por una gestión muy alejada de la indispensable unidad real.
No era momento de hacer política
La tensión vivida ayer en la visita institucional a la zona cero de la Dana no tiene justificación alguna, pero al mismo tiempo evidencia el hartazgo de la gente ante una gestión alejada de la unidad real
04/11/2024
Actualizado a
04/11/2024
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