A partir de abril, entra en vigor una reforma legal que otorga a las comunidades de propietarios un poder significativo: podrán limitar o prohibir los pisos turísticos dentro de sus edificios. Esta medida, incluida en la Ley de Vivienda, responde a un creciente malestar social generado por el aumento de los alquileres turísticos, especialmente en grandes ciudades y zonas. Hasta ahora, muchas comunidades se veían maniatadas frente a la proliferación de viviendas destinadas a turistas, que en ocasiones alteran la convivencia con ruidos, aumento del tránsito o deterioro de las zonas comunes. Con la nueva legislación, bastará una mayoría cualificada de tres quintos en la junta de propietarios para aprobar restricciones o vetos a esta actividad. Aunque la medida busca proteger el derecho a la vivienda y garantizar la calidad de vida en las comunidades, también genera debate. Por un lado, muchos vecinos celebran esta herramienta como un avance en la lucha contra la turistificación. Por otro, propietarios que dependen del alquiler turístico critican la reforma, considerando que vulnera su libertad de uso sobre la propiedad. El equilibrio entre el uso residencial y turístico es un desafío. La clave estará en que las comunidades actúen de forma equilibrada, priorizando la convivencia, como tiene que servir esa misma clave para los problemas causados, por ejemplo, en el Barrio Húmedo.
Priorizar la convivencia
Las comunidades de propietarios podrán vetar pisos turísticos desde el mes de abril, con el objetivo de alcanzar el difícil equilibrio entre los que reclaman libertad y los que piden silencio
08/01/2025
Actualizado a
08/01/2025
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