Cierto que uno no puede elegir el momento en el que surgen determinadas crisis... aunque se vieran venir desde la distancia. Cierto que la posturas enfrentadas y cada vez más enconadas dentro del PSOE se conocían en todas partes y que se sabía que en cualquier momento la tensión iba a estallar y a copar la atención pública. Cierto que todos los partidos pasan sus procesos internos, unos haciendo más ruido que otros. Cierto que el debate, la rebeldía, es una de los principales señas de identidad del PSOE. Cierto que antes de los congresos aumentan los codazos y todo el mundo quiere coger la mejores posiciones para obtener los mejores réditos. Cierto que todos los partidos dicen que tienen que resolver sus problemas de puertas adentro y, a la hora de la verdad, ninguno lo hace. Pero, más allá de todos esos ciertos, lo que resulta evidente es que no es en el PSOE de Castilla yLeón ha estallado esta última crisis en un momento especialmente inoportuno, porque mientras en Madrid se suceden los escándalos contra el presidente y en León los ciudadanos se preguntan por qué le tren de Feve no llega a donde debería, la imagen que desprenden los socialistas castellano y leoneses es de estar únicamente preocupados por el reparto de cargos.
Los problemas del ciudadano, en segundo plano
Con numerosos escándalos en Madrid y numerosos incumplimientos en Castilla y León, el PSOE se adentra en una lucha interna y da una imagen de estar únicamente preocupado por el reparto de sus cargos
18/10/2024
Actualizado a
18/10/2024
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