Si sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando nieva, qué decir del servicio valenciano de emergencias después de que la Dana haya arrasado media provincia de Valencia y causado ya 155 muertos confirmados... y los que desgraciadamente quedan por confirmar. Han pasado sólo dos días desde que empezó el horror, no ha remitido aún el temporal y en prácticamente todos los hemiciclos hemos tenido pruebas de la bajeza moral e intelectual de nuestra política contemporánea. No hace falta concentrarlo en una sola institución, en un solo parlamento o en un solo partido, porque ha habido tristes ejemplos en demasiadas partes. Lo que resulta indudable es que las competencias sobre la gestión de emergencias es de las comunidades autónomas y, aunque tiempo habrá de depurar responsabilidades, resulta evidente que determinados servicios públicos tienen que estar blindados más allá de los vaivenes de los gobiernos. Ahora lo que hace falta es localizar a los desaparecidos, atender a todos los desplazados, agilizar las ayudas necesarias para una catástrofe así e intentar volver cuanto antes a una normalidad necesaria.
Santa Bárbara y la Dana
Las críticas a la gestión ni siquiera han esperado a que remitan las lluvia en Valencia, fruto de la bajeza de la política actual, pero resulta evidente que se deben mejorar muchos servicios públicos
01/11/2024
Actualizado a
01/11/2024
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