El traje, la peluquería, los complementos, el restaurante, detalles para los invitados o el álbum de fotografías. Todo suma y hace que la factura final sea cada vez más abultada. Las comuniones se han convertido en todo un negocio y un verdadero dolor de cabeza para algunas familias con presupuestos más ajustados. Según se desprende de un informe elaborado por la Unión de Consumidores, el gasto medio por familia se sitúa entre los 2.700 y los 2.900 euros, un 18 por ciento más que el año pasado. Eso, para una Comunión considerada como «básica», de modo que de ahí, para arriba. Como gastos más relevantes en el informe aparecen los del convite, seguidos del vestuario (en el caso de las niñas la media se establece en 350 euros) y los complementos, a los que se añaden los recordatorios, el reportaje fotográfico, la peluquería y actividades complementarias como hinchables o payasos. Para tratar de contener estos gastos se están empezando a poner de moda iniciativas como el alquiler de la vestimenta. Hay ya muchas empresas que se dedican al negocio del alquiler de trajes no solo para la Primera Comunión, sino también para bodas u otro tipo de eventos. Además, cada vez se apuesta más por la opción de comprar ‘online’ buscando y comparando para quedarse con el precio más competitivo. Como en todo, depende de lo que cada uno pueda o quiera gastar. El sentido de la celebración seguirá siendo el mismo.
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