18/10/2022
 Actualizado a 18/10/2022
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«El indulto es un documento que perdona la pena del condenado. Esto significa que una persona después de ser juzgada por una acción y ser sentenciado culpable, los poderes públicos deciden perdonar la condena o pena asociada a ese delito del cual ha sido declarado culpable. Es una medida de gracia y una figura muy poco utilizada ya que puede resultar muy controvertida. En España en el año 2019 se impusieron 769.459 penas en sentencias firmes y solo hubo 40 indultos de esas penas. En México, por ejemplo, ha sido aún más restrictivo y en todo el siglo XXI se han dado 13 indultos».

España conocerá pronto otro indulto que exonera la acción de unas personas que han utilizado el poder para consentir algo que se llama corrupción, es decir, manejar los fondos públicos en beneficio clientelar y mirando para otra parte, a sabiendas de que se estaba produciendo un fraude, engaño al electorado, en definitiva, al pueblo que es soberano y maneja la llave de la democracia delegando en los mandatarios que elige libremente.

Si eso se produce, el pueblo dictará su sentencia en las urnas como es preceptivo, y si ven que los mismos que usan deficientemente los mecanismos del poder se autoindultan, mientras que el ciudadano que los ha votado debe hacer frente a sus obligaciones y no quedan exonerados en caso de incumplimiento porque el peso del aparato estatal le cae como una losa milenaria sobre sus maltrechos huesos, dejándole desahuciado.

Y el resto de encausados y sufriendo prisión, ¿qué dirán? ¿y los que sufren cárcel por las mismas corruptelas? En fin, los ciudadanos que sufren por la presión de los impuestos, a veces confiscatorios, a veces sofocantes por el afán recaudatorio del ejecutivo, poco preparado y dispuesto a no administrar bien los dineros del trabajador y sí a otorgar servilismos y clientelismos destinando grandes cantidades del desengrasante más famoso que es el dinero fácil, es decir, el de los demás, que según algunas mentes progresistas consideran que es un dinero destinado a su servicio exclusivamente.

Todo un despropósito para el que cumple con sus deberes ciudadanos y contempla como aquellos que tienen un puesto privilegiado y son vigías y guardianes de la sociedad, deberían mostrar su honradez por los poros de su piel.

El indulto se debe reservar para claros ejemplos de debilidad en la cárcel, de una sentencia que se demuestra injusta, de una reclusión llevada a cabo por insidias, por acusaciones falsas sólo por el hecho de ser honesto y no torcer una decisión, por otras cuestiones razonables, y cuando la persona ha demostrado claramente que desea arrepentirse y mostrar su pesar por los hechos acaecidos.

España no se puede permitir ser país bananero si como dicen los corifeos de la adulación y la mentira nos atruenan con sus mensajes de disculpas, de buenas intenciones, conductas intachables.

Si el que ha sido elegido por el pueblo mira para otro lado, se ve desbordado por sus subordinados, sabe de qué va la fechoría, firma documentos y deja hacer para que el dinero se reparta de forma ideológica con esperanzas de verse favorecidos en contratos y decisiones favorables a la causa, eso es prevaricación, corrupción y comportamiento antipatriótico. Así que hay que respetar lo que el órgano judicial dictamine y cumplir con la restitución de la cuantía reparador a la sociedad el daño causado…

Así lo consideran los ciudadanos y no hay que firmarlo, ni publicarlo porque lo dicta la razón. Todo lo demás es dar pasos en falso hacia la estimulación de la paguita, la transgresión del pacto político entre formaciones serias estimular el miedo, la desidia, la inmoralidad…, en fin, una abominación de deterioro y caída en el abismo y las garras de las dictaduras más absurdas.

De todas maneras, si hay indulto para unos privilegiados, también será extensivo a los demás inculpados. Pero es harina de otro costal.
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