Parece mentira que el gobierno elabore una ley para perseguir el delito de odio. Como tantas veces, este tipo de normas improvisadas se les van de las manos. Como ocurre con las decenas de violadores que pululan por las calles en virtud de la ley del Si es Sí (o lo que sea). De aplicar la norma del odio, debieran haber entrado en la cárcel –hasta 4 años dice la ley– algunas feminazis cuyos insultos proferían la muerte de Abascal. Conducta de la que se jacta Rodríguez Pam, de profesión –declara– ser mujer y bisexual, aparte de secretario de Estado del ministerio de Igualdad o igual da que le paga por sus servicios cien mil euros anuales. No me extraña que se ría. Lo lamentable es que alguien así tenga seguidoras o cómplices que jalean disparates iguales o peores en sus pancartas.
Pero, como dijo Shakespeare «mucho ruido y pocas nueces» porque la mayoría de mujeres no son así, ni comparten su irracional odio hacia todos los hombres. No lo compartieron las separatistas insatisfechas y delirantes que se ayuntaron con ‘Rabocop’. Primero gimieron y cuando supieron que era un agente, le hicieron ascos. ¡Qué complejo es el amor!
Ahora pretenden teorizar sobre los placeres sexuales de las mujeres. Algo trasnochadas andan porque, incluso en la Biblia se cuentan aberraciones como la de los voyeristas de ‘La Casta Susana’ o las hijas de Lot, embriagando a su padre para yacer con él. O las prácticas de Onán. Sodoma y la sodomía. También están los canecillos de las iglesias románicas que, de forma explícita, muestran los vicios más abyectos «que no se deben practicar». Ya, propaganda erótica.
Pero, si estas niñas perversas supieran algo, sabrían que en el siglo XVIII ‘Le Divin Marquis’ de Sade escribió, con gran calidad literaria, numerosas obras donde no quedó nada nuevo que explicar. A su lado las provocaciones de Igualdá son meras pícaras.
Y ya en nuestros tiempos, desde un punto teórico y otro práctico, están los estudios de ‘Master and Johnson’ publicados por la escritora y sexóloga Share Hite, un best seller mundial que disipó muchos mitos.
A pesar de todo se llaman ‘progres’, y a los disidentes les llaman ‘fachas’. Cuentan con la complicidad de otros progres de subvenciones, como esos cineastas que recíprocamente, se premian con los Goyas. ¿Qué responderían si yo dijera que los premios a Bardem, Almodóvar y otros debieran aplazarse y otorgarlos post mortem? Es de imaginar su reacción. Suyo es el monopolio del odio.
El monopolio del 0dio
15/03/2023
Actualizado a
15/03/2023
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