España tiene pendiente varias reformar estructurales importantes que no afronta de forma seria y rotunda por diversas causas que hemos apuntando en varias ocasiones y que le está llevando a resultados negativos en la consecución de objetivos y comportamientos que inciden en su presente y en el futuro de la población.
Un dato que debería hacer reflexionar a los que tienen la manija del poder es que mientras Alemania tiene un paro juvenil del 6%, España llega a la cifra del 36% y constituye un auténtico problema social porque casi uno de cada dos jóvenes no encuentra una oportunidad laboral. Además en España hay una tasa del 20% , y creciendo, de abandono escolar.
Nadie se ha puesto a trabajar en este sentido de forma urgente para que se reviertan los datos y las consecuencias que esta lacra tendrá en el futuro de las generaciones venideras.
Nosotros preguntamos a los líderes de nuestra deteriorada política por qué no llegan a un pacto educativo y por qué se resisten a buscar la conexión entre la escuela y la empresa, en definitiva, ¿por qué no se acelera el proceso de formación de los jóvenes y del país?
Vamos a darles una pista para que dejen los intereses partidistas y se entren en el bien de España y los españoles.
En Alemania tienen menos paro juvenil porque han desarrollado algo fundamental como la ‘formación profesional dual’ y casi un 50% de la población juvenil alemana cursa estos estudios.
¿Y en qué consiste? El estudiante alemán solicita su admisión a una de las empresas que oferta este tipo de educación, realiza un test ‘on line’, una entrevista personal y dinámicas de grupo para ser seleccionado de acuerdo con la especialidad que elija.
Cuando accede a la plaza firma un contrato de formación como aprendiz y percibe un salario mensual.
Su formación dura aproximadamente entre dos y tres años. Durante la semana debe ir a la empresa tres días y dos días debe acudir al centro de formación profesional.
En las empresas existen tutores coordinados con los profesores del centro de formación para que el curriculum responda a las necesidades de la empresa.
Las Cámaras de Comercio desarrollan el programa formativo y se encargan de los exámenes que deben ser los mismo en todo el territorio alemán en cada rama o especialidad.
El alumno aprendiz debe rotar por todos los departamentos de la empresa para que conozca su funcionamiento, las costumbres y como se trabaja.
Se les paga entre 700 y 850 euros al mes y, aproximadamente, el 70% de los aprendices se quedan en la empresa donde se han formado.
También hay un número determinado de alumnos que pueden continuar estudios universitarios si lo desean.
La tasa de abandono en estos estudios de formación profesional es muy baja y muchos lo hacen el cambio para cambiar de especialidad.
El 20% de las empresas participan en esta educación, siendo mayoría pymes, incorporándose cada año alrededor de 500.000 aprendices.
Cualquiera puede comprender que un sistema como éste se puede implantar en cualquier país de forma organizada, responsable y generalizada.
En España no porque los responsables elegidos en las urnas sólo están a la greña para obtener el ‘escaño profesional’ que les permita la bicoca mensual con plan de pensiones y si es posible asesores, coche oficial y perpetuarse aunque haya roto las ilusiones de sus electores.
Mientras tanto el alba de una buena Ley de Educación sin política decimonónica se resiste y hunde el futuro en las tinieblas de un país que gasta mucho dinero en poner parches a situaciones que con una buena educación ciudadana se ahorraría.
¿Y los sindicatos por dónde andan? A lo suyo y no les distraigas de algo como lo que hemos expuesto donde podrían decir muchas cositas modernas y progresistas.

El paro juvenil
11/09/2018
Actualizado a
15/09/2019
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