24/09/2019
 Actualizado a 24/09/2019
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Ataviados de madreñas y con un buen callao, dio comienzo la segunda Romería de los Pájaros. Este año sin pendones, por la amenaza de lluvia o que El Trasgu desde la Ruta del Celorio, pudiera hacer alguna de las suyas, como enterrar en el barro los tarugos de las madreñas, para que nadie salga corriendo, sin antes probar los ricos embutidos de Geras, regados con un culín de sidra o un prieto picudo. El Trasgu se dejó ver, un tanto vergonzoso, se tapó la cara con la mano, por miedo a ser descubierto por el peregrinaje de tanta ‘xente chana’, que le miraron con la mirada hundida en la tristura, para pedirle un futuro lleno de oportunidades, porque sus ‘xentes’, como la de Gordón, yacen entre las ruinas del despropósito premeditado y del olvido de quien dice que les gobierna. Para pedirle un futuro, donde nuestra Región deje de ser vilipendiada, insultada, agraviada, humillada, mancillada, herida, calumniada y ultrajada, por aquellas y aquellos que entienden desde la comunidad inventada, que Valladolid, debe ser el centro de todas las operaciones, como el ojo del ser supremo que todo lo quiere tener , controlar y ver por dónde van nuestros pasos. Mientras, la mayoría de nuestros políticos descansan en la desidia, les recorre el miedo y por no hablar alto y claro, callan luego otorgan.

Desde El Celorio, a El Trasgu le prometemos cuidar nuestro entorno libre de humos y de plásticos y le pedimos que cada vez que nos silencien y nos desprecien, les haga pagar con una travesura nuestro descontento. Como por ejemplo, que el día 10 de noviembre, ante una nueva cita electoral, provocada por la impotencia y la incapacidad de los líderes progresistas a formar Gobierno, solo se vote a los que en su programa lleven asuntos de la clase trabajadora y de los colectivos ultrajados y a su vez a los que defiendan que nuestra tierra, tiene que estar por encima de partidismos, seguidismos y protagonismos, porque Llión tiene que recuperarse y levantarse para avanzar por la senda del futuro, como bien hizo la ‘xunta’ vecinal de Paradilla de Gordón, recuperando su tradición.
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