La semana pasada analizábamos el empleo de León en un marco nacional, comprobando cómo las sedes autonómicas han jugado con ventaja. Dentro de ellas, se aprecia que han crecido más las uniprovinciales, demostrando que son más eficientes.
Si comparamos la trayectoria del empleo de León con las provincias de su entorno en el periodo tras la pandemia (2020-2024 IIIT), vemos que Palencia, Cantabria y Asturias ocupan el pódium. Las últimas plazas son para León, Lugo y Orense, por este orden, con avances del empleo casi irrelevantes. Entre las provincias españolas sin sede autonómica, de 1981 a 2000, León es la tercera por la cola. Entre 2000 y 2024 es la quinta por la cola. La mala tendencia no cambia en León, por lo que cambiar requiere medidas rupturistas.
Remover las causas estructurales supone cambiar estructuras. Ninguna crisis sectorial, como el carbón o la reconversión lechera, dura 44 años, pero la mala administración pública sí lo explica. Lo común a ese periodo es la Junta de Castilla y León.
Solo Lugo y Orense tienen peor comportamiento en esos años, lo que se relaciona directamente con la falta de corredores industriales entre León-Ponferrada y Lugo, y Orense. La decisión de llevar el AVE a Galicia por Sanabria, ignorando la mayor concentración de población en la línea Ponferrada-Monforte ha contribuido a este desastre económico, decisión en la que la Junta de Castilla y León fue cómplice.
Eso explica cómo en la misma autonomía y el mismo periodo (1981-2024), Valladolid, Palencia, Burgos, Segovia y Soria aumentaron entre un 63 % y un 82 % el empleo, mientras León, la peor provincia y única en negativo, caía un 6 %. No hay crisis sectorial que lo explique; una actuación política que raye lo delictivo puede explicarlo.
En resumen, en el periodo autonómico 1981-2024 solo hay tres provincias españolas que destruyeron empleo, según la Encuesta de Población Activa: León (-6,27 %), Lugo (-19,29 %) y Orense (-34,63 %), frente a cualquier otra al azar, como Almería (+188,61 %), Albacete (+116,03 %) o Soria (+62,88 %). Lo explica la ausencia de los corredores industriales previstos por el Plan Director de Infraestructuras de 1993, para los que era imprescindible una política autonómica favorable. Recortes de fondos autonómicos, desvíos de iniciativas empresariales, bloqueos de infraestructuras lógicas, indujeron el descalabro, provocado por la Junta. Esto reclama la actuación del Gobierno Central por la grave situación que provocó la Junta. Crear una autonomía leonesa por el artículo 144 de la Constitución Española es la solución necesaria. La mayoría social leonesa lo apoya. La demora está dañando al país.