17/01/2015
 Actualizado a 10/09/2019
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Si me preguntan hace algunas semanas mi opinión sobre la configuración de las listas de los partidos políticos, les hubiera dicho, que seguramente sudarían la gota gorda a la hora de reclutar militantes y simpatizantes para cerrar las candidaturas.

Los innumerables casos de trinque, la desconfianza y el desprestigio de la clase política hasta límites impensables, me hacia pensar que este arte iba a tomar otros senderos. Ahora me doy cuenta que estaba en un error. Misma gente, mismos vicios, todo sigue igual.

Los grandes partidos se resisten a prescindir de sus «estrellas», y eso que pregonaban a los cuatro vientos que iban a rejuvenecerse con caras nuevas, gente bien formada y que trabajasen fueran de este mundo… pero no tiene pinta. No han leído los mensajes de la calle y es probable que cuando entiendan la lección, la vara de mando la lleven otros.

Parte del éxito de Podemos, es que son gente joven, y en algunos casos, muy bien formada. Eso ha calado en una sociedad hastiada de tantos excesos. Una lección tan simple como esta: ilusión, renovación y preparación, y que ninguno de los grandes partidos se ha tomado en serio. No sólo no han refrescado, sino que se están planteando la repesca, algo que no entiendo, ya que son pocos los tronos y muchos los aspirantes, ya saben ustedes … «fuera hace mucho frío».
Pablo Fernández de Podemos de León y aspirante a la junta de CYL, consciente del gran batacazo que se avecina en la UPL, ha lanzado El Mensaje. Ha puesto encima de la mesa el viejo debate del referéndum sobre si León solo o con Castilla, en busca de ese granero de votos leonesista.

Supongo que algo parecido harán en el Bierzo con respecto a su unión a la Cuna del Parlamentarismo, y así iremos de referéndum en referéndum, hasta que consigamos por ejemplo, que el barrio del Mercado sea una República Independiente.

Todo será motivo de consulta, el horario de los colegios, las procesiones de Semana Santa (en Sevilla les quitaron las ganas en apenas dos horas), el destino de los vuelos, el color de la camiseta de la Cultural, la programación del auditorio… pero qué quieren que les diga, yo pensaba que gobernar era decidir.

Vienen días apasionantes, con nuevos partidos, nacionales y locales, ¡Hasta alguno gremial talla XL! Líderes mediáticos, promesas, pactos, traiciones, sorpresas… Pero tengan en cuenta, que al final los votos se cuentan como el dinero, «en fila y de uno en uno», es muy difícil conseguir un único concejal, no les cuento ganar.
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