Imagen Juan María García Campal

De esa extraña manera

17/07/2024
 Actualizado a 17/07/2024
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Escribir un dieciséis de julio, bien sea tierra adentro, bien sea frente al mar, a este incurable aprendiz de escribidor le representa, por suerte, hacerlo con un más que emocionado recuerdo del nacer de una nueva vida y a la par escuchar de fondo o eco el interiorizado sonar de gaitas y tambores, festivos voladores y el regocijo del resonar de las sirenas de lanchas marineras, de faena o recreo, en alegre y agradecido festejo a la Virgen del Carmen, su estrella de los mares.

Y aun así, me toca, lo primero, envainar la espada y reconocer mi error en la no creencia de que Vox rompería sus pactos autonómicos con el PP. Conste que no es error que lamente, mas tampoco que me esperance en el centrado político de los populares.

Pero no es de esto de lo que hoy quiero hablarles, sino de esa extraña manera, si no costumbre, que tenemos de acostumbrarnos a la muerte. Aun cuando se dice que la muerte es temida por todos o casi (personalmente temo al dolor y a la dependencia, no a la muerte en sí), hay que ver con que absoluta naturalidad nos vamos acostumbrando a las muertes ajenas y cómo, con el paso del tiempo, vamos doblegando nuestras primeras reacciones, no solo emocionales, sino también racionales. No me estoy refiriendo a la muerte de próximos, familiares o amigos, sino, lo que es peor desde el punto de vista humano civilizado y civilizador, la de víctimas habidas en sucesos de diversa índole y en nada accidentales.

Así, cada día leemos o escuchamos con mayor indiferencia, que no serenidad, como crece el número de víctimas mortales de los crímenes de lesa humanidad llevados a cabo por ejército israelí sobre la población civil palestina bajo la justificación de búsqueda o ejecución de responsable o líderes de Hamás. En verdad, viendo los objetivos, los métodos utilizados y el número y condición de las víctimas nada me extraña que se defina tales actuaciones como un, otro, verdadero genocidio. Así, cada día leemos. Así, cada día leemos o escuchamos con mayor indiferencia, que no serenidad, como crece el numero de víctimas mortales producidas, mucho más cerca, en este país, por el machismo. Por ese machismo que algunos, mejor, que la extrema derecha, Vox, intenta blanquear con su reclamada «ley de protección integral contra la violencia doméstica o intrafamiliar para proteger a mujeres, niños y ancianos», eso sí, «sin atender al sexo de víctima y victimario».

¿Qué les está pasando a nuestros corazones, que a nuestra razón?

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.

 

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