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Escasez de agua y la falta de previsión

17/04/2024
 Actualizado a 17/04/2024
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España padece un déficit importante de conciencia y previsión sobre el verdadero estado de las cosas que posee, debe conservar, de las que puede adquirir y tiene en sus entrañas y otras, que puede elaborar, pero que por falta de criterio, perspectiva, formación y estado lamentable neuronal de los que conducen el país, siempre acuden a solucionarlo cuando hay ‘tormenta’, y no cuando la calma es buena consejera para el estudio, programación, investigación y solución de los problemas. Porque España puede y debe hacerlo, tiene recursos naturales, pero lo que tiene que darse cuenta esa inmensa masa de gente que se deja engañar por los embustes de lo que le cuentan en sus plasmas hogareños, es que, alguna vez, se tendrán que poner a la tarea de informarse, culturizarse y no dejarse llevar en plan rebaño al huerto.

Una vez dicho esto, debemos resaltar que nuestro país dispone de profesionales y funcionarios muy preparados para elaborar cuantos planes hidrológicos necesitan las regiones y autonomías, por lo que es prioritario que las autonomías dejen de guerrear entre ellas y los políticos abandonen los temas truculentos y solventen los problemas del pueblo.

Recomendamos hacer un ejercicio saludable para la mente y el cuerpo, como necesidad urgente, como es observar los mapas de la propia región, los cauces de los ríos, las obras hidráulicas, los trasvases, etc. y, autonombrándose jefes de lo político, distribuir el agua sin egoísmos, sólo atribuyéndose una solidaridad de hermanos entre los diversos lugares, teniendo en cuenta las características geográficas y las necesidades de los pueblos, con mucho cariño y solidaridad.

Otro ejercicio es observar los presupuestos de las autonomías y del propio estado para deducir si está en la onda del gasto en infraestructuras, obras hidráulicas, trasvases y conservaciones o estamos en la vía de destruir, por consejo y oportunidad del mal llamado ecologismo, la vida normal del verdadero ecosistema., como si se tratase de un virus corrosivo.

Veremos que no hace falta mucho estudio para deducir que la ausencia de previsión, derroche de dinero y déficit en infraestructuras, escasez de previsión y el ejercicio de «ya lo harán otros» o «el que venga detrás que arree», o, «¡cuidado!, hacer eso no da votos», constituyen las soluciones retrógradas más socorridas.

Además, no hay nada más que asesorarse de las regiones que más necesitan el agua, que las tenemos, con avances notables en sus aprovechamientos, así como de aquellas naciones que tienen escasez hídrica y poseen una tecnología avanzada de consumo, aprovechamiento, captación y uso.

No hay falta de agua, solamente por las condiciones meteorológicas y climatológicas, hay descuido, negligencia, falta de previsión, que inventen ellos, y mucha desfachatez y haraganería de responsables que además se lucran de estas necesidades, impasibles ante el sufrimiento de la gente…, además también de una corrupción lacerante como en otros casos, y la práctica del dicho «sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena».

Sería interesante realizar alguna investigación sobre las ingentes cantidades de dinero que los gestores políticos y administradores de esta nación maravillosa han dilapidado por una gobernanza alocada y sin tino, al margen de sus ideologías y sistemas políticos, y ver como afloran los casos de personajes que han contribuido, en cambio, al empuje de nuestro país, hasta colocarlo en vanguardia. Quizás una buena serie televisiva solucionaría el problema de incultura histórica, ya inveterada, que posee la Hispania de nuestros días si se reflejaran problemas tan enquistados como la planificación y ejecución de estructuras básicas…

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